Cap. 1

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Recuerda... -susurró

Desperté sobresaltada, con la respiración agitada.

-Holland, despierda querida, se te hará tarde- dijo mamá del otro lado de la puerta.

Me alisté y baje al comedor lo más rápido que pude.

-Te vez despistada, como si estuvieras en otro mundo- dijo mamá, y tenía razón, pensaba en el sueño que tuve.

Estaba en el aula, y un chico fue transferido a mi salón, de mi edad, cabello oscuro, ojos fríos como la nieve, me miraron. No pude evitar ir hacia él, se acercó a mi oído y pronunció una simple palabra, "recuerda".

-Señorita Peterson, ¿está atendiendo?- dijo la profesora interrumpiendo mis pensamientos.

-S-si profesora, hablaba sobre la regresión a la media, la cual se dice que es el balance entre el bien y el mal.

-Así es- prosiguió la clase- la regresión a la media es como se llama cuando pasa algo demasiado malo, luego pasa algo demasiado bueno equilibrando la vida...-no podía creer que el tiempo pasara tan lento.

Mi asiento se encontraba ubicado al lado de la ventana lo más atrás posible. Siempre disfrutaba mirar por allí, sin embargo nunca me había percatado que desde allí se podía ver un roble al final de la colina.

-Holland- susurró mi mejor amiga, Ana que se encontraba en el asiento de al lado.

-Uh?- la miré, sin embargo no dijo mucho, sólo me sonrió- qué pasa?- antes de poder responder sonó el timbre indicando la hora de cambio. Tomé mi mochila y como de costumbre fui a mi casillero.

-Holland!- gritó Ana- espera, que te pasa?

-No comprendo.

-Se te olvidó algo muy importante- dijo preocupada,  extendió su mano y me entregó una funda de papel con almuerzo.

-Oh, eso- esperaba otra cosa, aunque todos saben que lo más importante para mí es la comida.

-Tu mamá me dijo que te la entregara,  para dejar el almuerzo se necesita de tí, ¿sucede algo? - se veía preocupada, sin embargo yo no había notado mi comportamiento.

-No- sonreí y cerré el casillero.

A la hora del recreo sentí que tenía que reunirme con alguien, el sentimiento fue tan desesperante que terminé en la enfermería.

-Respira profundo- dijo la enfermera- bien no encuentro ningún problema. Debes de estár desesperada por tanta tarea de seguro.

-Eso explica también la sensación de que te falta algo?

-Claro, sientes que no has terminado el semestre y te desespera, tómatelo con calma- me escoltó a la salida, y juraba que iba a ir a clase, pero no pude.

Decidí salir de la escuela, y tomar aire junto a aquel roble que había visto, sin embargo de lejos juraba que estaba lleno de hojas, pero al estár allí el árbol se encontraba completamente seco. Eso no importó, me recosté en la grama hasta quedarme completamente dormida.

Caminaba entre una espesa neblina, deduje que era un sueño por más real que se sintiera. Por alguna razón me desesperé y comencé a correr entre la neblina, lo que luego terminó en una pradera. La brisa rozaba mi cabello, y como si alguien me acariciara el rostro escuché un "no me olvides".

-Holland! Despierta! -dijo Ana mientras me sacudía.

-Q-qué paso?-fue ahí cuando me dí de cuenta que estaba dormida en el salón de clases- ¡¿Qué mierda?!- dije levandandome de mi asiento, la clase se quedó callada. Miré por la ventana y aquel roble no estaba, tampoco había alguna colina. ¿Cuánto fue un sueño?

Recogí mi mochila y salí casi corriendo del aula dejando a la profesora hablando sola. Esa pradera sabía que la había visto antes, sin embargo no estaba donde creí verla. Corrí hasta casa, mis padres estaban en su trabajo así que no habría problema alguno. Entré a mi casa y saqué los libros de fotos que guardanos en el ático, y no, no era un ático escalofriante. Pero no encontré lo que buscaba, sin embargo cuando me disponía a retirarme encontré en el suelo una pulsera hecha de hilo rojo. La encontré algo opaca,  la recogí y al bajar por las escaleras me topé con mi madre.

-¿Qué haces aquí? -dijo mi madre frunciendo el ceño.

-Se me quedó una tarea, ya me voy-y traté de esquivar todas sus dudas y partí rápidamente de nuevo al colegio, el cual claramente no quedaba lejos de mi casa.

Cuando iba por el cruce sentí un golpecito en el hombro. Un niño pequeño se había caído por mi despiste, la luz se aproximaba a cambiar, así que puse de pié al niño el cual corrió al otro lado, ¿y yo? Recibí un gran empujón que caí en la acera boca a bajo. Miré a mi lado y había un chico sentado al lado mío con la respiración agitada, me miró con los malditos ojos más intensos del mundo.

-Estás jodidamente loca.

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2016 ⏰

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