RUMORES

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Los rumores son un tema delicado, siempre se esparcen como la pólvora: de forma rápida y de gran impacto. La mayor parte de estos, suelen ser extraños, rayando entre la fantasía y por ello, difícil de creer.

Al menos eso hubiera pensado él, Nathaniel Kurtzberg, de no ser porque ese rumor tenía que ver con él y una misteriosa chica. Lo peor no era que todo el alumnado de la escuela hablará sobre eso entre cuchicheos cada que él pasaba, ni que la mayoría de las féminas lo mirasen medio asombradas, medio interesadas y hasta se le insinuaran un poco. No, lo peor era que en su salón tenía una compañera aspirante a reportera, y que obvio, quisiera una exclusiva entrevista para su blog.

-Vamos, Nathaniel -insistía la morena de lentes- sólo son un par de preguntas.

-Pero tu blog es dedicado a Ladybug -quería huir de ahí- mi vida no tiene nada de excitante para que lo subas a tu blog.

-Pero eres mi amigo y esta es una gran noticia que merece ser publicada -Alya, la chica de pelo castaño y lentes, no paraba de insistir en la entrevista-. ¿Quién es la afortunada? ¿Desde cuándo tienen una relación? ¿Qué tan en serio van? ¿Es verdad que ella te dio un regalo el día de la fiesta en la escuela? -las preguntas lo estaban mareando, su amiga no paraba de hacer preguntas- y lo más importante ¿es verdad que en la noche de navidad se fueron a un motel en vez de quedarse a la cena con nosotros?

-¡Wow! -Interrumpió una voz a sus espaldas- pero si el dibujante tiene algo interesante que contar -era Chlóe Bourgeois- anda, cuenta que todos queremos saber.

La miro desconcertado, no podía creer que ella dijera aquello, acaso no se daba cuenta que la chica del rumor era ella misma. Ambas miradas se encontraron, turquesa y azul, provocando que el pelirrojo recordará aquel día...

* * *

Caminaba por la calle sin saber a qué destino dirigirse, sus pensamientos eran confusos. Hasta hace unos meses gustaba de su compañera de clases, Marinette Dupain-Cheng, estaba seguro de que eran almas gemelas, pero entonces ¿Por qué había besado a otra chica?

Para complicar las cosas, la joven que besó fue la misma que siempre lo insultó delante de todo el mundo, esa chica de pelo rubio, rica, mimada y grosera: Chlóe. Por si fuera poco, ella en lugar de apartarlo, correspondió con avidez el beso. De ese suceso ya habían pasado tres meses, en los cuales, los besos inocentes o besos ardientes continuaban dándose cuando la ocasión se presentaba, claro, esto era a escondidas.

Podía comprender por qué no quería que nadie lo supiera, pero tampoco era necesario que lo tratará tan mal, no cuando eran algo más. Por eso estaba confundido, la chica lo rechazaba en público, coqueteaba con ese rubio Agrestre y a solas, se le arrojaba a los brazos.

En una ocasión, después de la sesión de besos, Chlóe le comentó que tenía que ir a la cena, en la noche de navidad, organizada por el grupo de la clase, ya que quería darle un regalo. Hasta ese momento él no había pensado en regalarle nada, pues no tenía claro que tipo de relación tenían. Ahora el problema era qué regalarle.

Mientras caminaba entre locales, su mente se debatía en que hacer, de forma inconsciente una de sus manos estaba metida en la bolsa de bolsillo de su abrigo, mientras que con la otra movía una pequeña rama; este era un rasgo distintivo que hacía de forma inconsciente cuando se perdía entre sus pensamientos, por lo general era un lápiz pero cuando no, cualquier objeto largo, delgado y de forma cilíndrica ayudaba.

Podía preguntarle a Sabrina, ya que al ser la mejor amiga de la rubia, era bastante obvio que supiera los gustos de Bourgeois. No obstante sería muy sospechoso que de la nada le preguntará a la pelirroja cuando en teoría, Chlóe y él no se hablaban ni un poco.

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