Hay algo que me desagrada muchísimo pero mi excesiva timidez me impide decirlo. No me gusta que me toquen el cuello...No me gustan las cosquillas, realmente las odio. Es horrible sentir la ansiedad y nerviosismo crecer y comenzar a reír pero no es divertido. Se torna doloroso... Muy doloroso. Para mí que me toquen el cuello o los hombros es el equivalente a ir en la calle y que un extraño te toque el trasero... No, creo que me siento menos ultrajada cuando eso llega a pasar.
Es un sentimiento que me hace hiperventilar y sentir ansiosa en aumento mientras solo me encojo de hombros y sonríen y siguen haciéndolo, como si fuera agradable! COMO SI FUERA DIVERTIDO!!
-Déjame ya!!
Parecen no escuchar y siguen haciéndolo, mis piernas pierden fuerza y comienzo a caer al suelo, pongo mis manos tratando de cubrirme pero me pican en las costillas. Parece divertido no? Pues es como una puta tortura. Siento la sangre ir a mi cabeza, una mezcla de angustia, enojo y vergüenza me invade y comienzo a sentir mi corazón palpitar rápidamente en mis oídos. Sigue picando, tocando y pellizcándome y no se detienen a pesar de que les digo que paren.
De pronto siento como una mano baja por mi espalda hasta mi sujetador y me paralizo, me siento asfixiada y con deseos de salir corriendo pero no puedo. Trato de levantarme pero un nuevo piquete me tira de nuevo y me golpeo la cabeza con una banca. Las lágrimas comienzan a desbordarse de mis ojos y con un hilo de voz suplico que por favor se detengan.
Todo el salón se queda en silencio y mis compañeros me miran desconcertados, preguntándose qué rayos me pasa y solo siento mi cara arder nuevamente por la vergüenza. Trato de contener un poco las lágrimas y salgo corriendo hasta el baño.
No puedo aguantar más y me desplomo al lado de los lavamanos y comienzo a llorar hecha un ovillo. Trato de no hacer ruido pero es inútil, el llanto se vuelve incontrolable. No quiero que me vean salir de aquí así... Que humillante!! Solo quiero ir a mi casa y olvidarme que esto pasó
-Oye, estás bien?
Dejo de llorar y miro hacia arriba, la voz provenía del baño de los chicos que estaba al lado del de chicas.
-Espera, voy a entrarAcaso estaba loco? Si lo veían entrar nos íbamos a meter en problemas, no lo haría
Cuando vi al muchacho entrar mis ojos se abrieron como platos y retrocedí quedando bien pegada a la pared. Era de estatura promedio, tez blanca muy pálida pero cabello negro quebradizo y ojos marrón claro.
-Todo bien? -Preguntó y solo me quede viéndolo perpleja, aún sin poder creer que se hubiera metido al baño de chicas, que por suerte estaba vacío. -Alguien te hizo daño?
Cerré mis ojos con fuerza y lleve mis manos a mi cuello y los recuerdos de lo que había sucedido hace un momento volvieron como flashback. No dije nada pero sentí mis ojos arder de nuevo.
-Mira, te enseñaré algo. -Me ayudó a ponerme de pie, tomó mi mano y la puso en su hombro. -Si alguien te toma por la fuerza solo tienes que tomar su muñeca así, bajar el pulgar aquí y girar y presionar así. -Un pequeño gemido de dolor se escapó de mi boca. -Perdón si fui muy rudo, ahora inténtalo tú
Trate de recrear la maniobra que me acababa de enseñar pero fallé.
-Baja un poco más el pulgar y apóyalo con más fuerza. -Lo volví a intentar y vi cómo hacia una mueca de dolor -Justo así
Me enseñó una maniobra más y me mando de vuelta al salón.
-Espero que esto te sirva en un futuro- me sonrió, nunca había visto nada igual, si los ángeles existían, seguro el debía ser uno.
Los días pasaron y nunca volví a ver a aquel muchacho. No me gusta que me toquen el cuello, ni que me hagan cosquillas. Pero ahora si no se detienen, ya puedo detenerlos yo sola.

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Étrange
FanfictionNo me gusta que me toquen el cuello, ni que me hagan cosquillas, para mí siempre ha sido muy incómodo y me hace sentir ansiosa