Prólogo

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Camino sin observar mi destino, la lluvia me abraza de tal manera que me siento querida, no creo que necesite otro abrazo por el resto de la noche. Pateo un basurero mandándolo a rodar, botando todo su interior al piso junto a un pequeño minino, que al caer rueda maullando levemente. Me acerco agachándome a su altura para observar mejor, debe de tener apenas un mes de haber nacido, su cuerpo tirita levemente, trata de brindarse calor a si mismo mientras.

"Te han abandonado, ¿no?... yo también me encuentro sola en este mundo, ¿quieres ser mi amigo?"

Un leve rasguño se hace presente en mi mano al momento en que trato de tocar la cabeza del gato, miro al causante del rasguño y encuentro a un gato más grande con su cola completamente erizada, me alejo un paso y veo como toma de la piel del cuello al más pequeño, alejándose rápidamente de mi campo de visión.

Mi cuerpo cae arrodillado al piso mientras que mis brazos se abrazan, mi respiración se vuelve más pesada y cuesta que el aire entre, tirito fuertemente causando que mis dientes comiencen a producir el terrible sonido hueco.

Miro el cielo nublado y lágrimas caen por los costados de mi cara pero no se dejan apreciar producto de la lluvia. ¿Será mi fin?, ese pensamiento inunda mi cabeza dejando que una sonrisa floja adorne mi rostro y ría secamente.

"Miren a quien tenemos aquí"

Una voz desconocida se hace presente, sin moverme de mi posición le observo dejándome apreciar a un payaso mojado, aunque traiga un paragua. Se acercó a mí y dejo caer aquel objeto y comenzó a jugar con cartas mientras que su sonrisa cambio a la de un pedófilo.

"Si no moría por la lluvia moría por un payaso, ja que ironía"

Mi voz le paraliza unos segundos, los cuales aproveche para reunir fuerzas y poder levantarme, mi vista se volvía borrosa pero eso no me detendría, si quería matarme no se la haría tan fácil. Cuando reacciono lanzo una carta serio, la desvié con la cuchilla que tenía guardada en mi pierna, mi cuerpo tambaleo unos segundos, mantuve mi equilibrio.

"Hisoka, ¿Por qué te demoras?"

De la nada un chico pelinegro se posiciona a un lado del payaso, mi mirada cambia drásticamente unos segundos para luego volver a mi seriedad, los dos me observan fijamente.

"Niña, ¿Cuál es tu nombre?"

El tal Hisoka me pregunta con una sonrisa ahora más normal, su mirada fija me dice que está esperando una respuesta rápida y sincera o sino en cualquier momento lanzara su carta hacia mí, y en la condición en la que me encuentro no podre esquivarla.

"Okanishi Erin"

El pelinegro me miro desinteresado mientras que el pelirrojo con emoción, se acercó lentamente hasta estar frente a mí y procedió a acariciar mi cabeza, mis ojos se abrieron hasta no poder más pero el continuo como si nada.

"Tranquila, no te haré daño"

Mis ojos se cerraron lentamente mientras que mi cuerpo comenzó a negarse a seguir órdenes cayendo. Siento unos brazos en mi cadera para que luego me coloquen como si de un saco de papas se tratara sobre el hombro del hombre. Mi cuerpo no reacciona pero mi consciencia sigue en pie, dejando que escuchara alguna parte de la conversación entre Hisoka y el pelinegro.

"Deberías dejarla, será un estorbo"

"Esta chica tiene mucho poder, podría apostar a que si estuviera bien podría hasta ganarnos"

Hubo unos minutos de silencio y podría apostar a que también había un momento de tensión entre estos dos chicos.

"Hisoka, tú te harás responsable y espero que esa chica no se involucre conmigo o la matare"

"Illumi, si tú la eliminas yo eliminare a tu preciado hermanito"

El aura del pelinegro se hizo presente provocando que abriera los ojos de sorpresa y tratara de alejarme de ellos pero Hisoka me tenía fuertemente agarrada.

"Tocas a Killua y te matare"

Hisoka ríe para luego decir la frase que hizo que el pelinegro se tranquilizara.

"Era broma, no pensé que caerías"

Volví a caer en su hombro esta vez durmiendo, en qué lío te has metido Erin, porque eres tan idiota.

¿Amigos o enemigos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora