Diario de Tarquin Talbot
Viernes 24 de julio.
En la tarde me mandaron a guardar la caja con evidencias del último caso, por cierto, olvidé mencionar que trabajo como investigador privado de personas desaparecidas. Cuando la llevé al almacén para dejarla sobre la mesa sentí que había una lata tirada en el piso con la cual me tropecé y momentos después me encontraría tirado en el piso habiendo golpeado una polvorienta estantería llena de libros haciendo que varios se cayeran junto con una cajita llena de papeles de "Desaparecidos" de hace varios años. Me dispuse a juntarlos todos para irme pero hubo uno que llamó mi atención. El papel arrugado y amarillento dejaba ver la foto de una chica de aparente cabellera negra y hermosa sonrisa.
-Julie Cun...Cunningham, desaparecida en 1975... hace 35 años ¿eh?
Guardé todos los papeles que se habían caído incluyendo el de Julie, dejé la caja en su lugar, terminé mi turno hasta las 7:30 y volví a mi casa.
Cuando llegué noté que había cosas fuera de lugar, por ejemplo mis pantalones que estaban en mi armario ahora estaban sobre la mesa y parecía que las naranjas y manzanas habían hecho una fiesta en mi ausencia quedándose desmayadas por toda la cocina, pero realmente no le di importancia porque vivo con mi gato Panqueque que gusta de hacer desorden. Tomé una ducha, comí unos fideos y me fui a la cama como siempre.
Me despertó el sobrecogedor ruido de vidrio rompiéndose, miré la hora y eran las 3:33 AM, pensé que Panqueque había tirado el vaso que dejé sobre la mesada pero sentí su peso sobre mis pies, intenté moverme pero no pude ¿parálisis del sueño? las peores posibilidades se arremolinaron en mi cabeza ¿y si alguien viene por mí y me encuentra indefenso? No, eso no podía pasar, la seguridad era buena y no era un barrio donde pasaban ese tipo de cosas ¿en ese caso qué podría haber sido?
-No te asustes...
Después del susurro vino un viento frío acompañado por una total oscuridad.
¿Qué me pasó? Debí haberme desmayado pero ¿por qué siento como si estuviera consciente?
No podía ver nada hasta que de pronto una luz apareció ante mis ojos, estaba acostado mirando hacia el techo mientras sentía sollozos de chicas a mi lado, sentí que mis brazos y piernas estaban atados.
Este lugar... nunca eh estado en este lugar...
Un hombre enorme que sostenía una tela blanca, estaba muy asustado en ese momento.
-¡No! ¡Detente! ¿¡Qué estás haciendo!? ¿¡Por qué me vendas los ojos?!
No obstante no obtuve ninguna respuesta pero sentí al hombre alejándose y de pronto los sollozos de quienes estaban junto a mí pasaron a ser desgarradores y temibles gritos de dolor, sentía un objeto metálico clavándose en la carne y el olor de la sangre era nauseabundo para mí. Estaba demasiado asustado como para pensar en dónde estaba o como había llegado allí pero cuando los gritos cesaron sabía que era mi turno.
Sentí como una mano agarraba mi cabello y tiraba hacia delante, estando sentado quitó la venda de mis ojos y pude ver un hombre que sostenía una tijera ensangrentada, no pude distinguir quien era porque traía una máscara que solo dejaba ver la parte inferior de su cara, en sus labios se podía ver una sonrisa psicópata que aterraría al más valiente caballero.
- ¿Por qué...Por qué estás...
Antes de terminar la frase sentí como clavó la tijera en mi ojo, el dolor recorrió mi cuerpo y de pronto todo estaría negro nuevamente. Me desperté agitado en la cama de siempre y eran las 3:33 AM.
¿Cómo es posible?
Pero esta vez había algo diferente, en el espejo de cuerpo entero que había colgado en la puerta se reflejaba una chica muy pálida con un vestido azul cielo bastante sucio y roto, la misma chica cuyo papel de "Desaparecido" había llamado mi atención en el trabajo.
-Lamento haber hecho que vieras eso, tenía que hacerlo para que me creyeras.
Parecía que iba a llorar de un momento a otro.
-Si apareces en mi espejo ¿crees que no te creería? ¿Piensas hacerme daño?
Para qué temerle a algo que está en un espejo...
-En lo absoluto, como soy un alma en pena puesto que fui asesinada solo me queda vagar en la espera de que encuentren mis restos para que pueda irme en paz pero ya pasaron 35 años de eso y hace casi 30 que nadie se acuerda de mi más que mi familia y ellos no pueden hacer nada, cuando sentí que te preocupaste por mí también sentí debía presentarme ante ti porque eras la persona a la que estaba buscando.
-¿Por qué yo? No soy el primero en mirar esos papeles.
Esperé una respuesta pero solo obtuve una risa de ultratumba.
-Cuando las almas en pena somos olvidadas normalmente no volvemos a sentir nada pero existen raras excepciones en las que sentimos que la persona es la indicada para ayudarnos y si apenas estemos cerca de ellos pueden ver nuestros últimos momentos de vida quiere decir que esa persona debe poder encontrar nuestros restos.
-En caso de que aceptara hacerlo ¿cómo podría saber dónde están?
Espero poder ayudarla...
-Sé dónde están. Mi cadáver está enterrado en el cementerio local. ¿Me ayudarás?
Sus ojos parecieron iluminarse, hasta se veía tierna.
-Claro, lo prometo pero el cementerio está cerrado a esta hora, mañana iré con la policía ¿te molesta esperar?
Ella sonrió, pero esta vez no daba tanto miedo, quizá solo me di cuenta de que no era mala y la veo diferente.
-No te preocupes, tengo todo el tiempo del mundo.
Alargó la palabra "todos" por unos segundos y yo no pude menos que sonreír.
-No podría volver a presentarme así hasta dentro de varios días por lo que te diré que encontrarás mis restos bajo el gran roble seco del cementerio, justo detrás del gran mausoleo. Adiós.
De pronto desapareció y yo me quedé sentado mirando ese espacio donde ella había estado me quedé despierto varias horas hasta que logré dormir.
Sábado 25 de Julio.
Cuando desperté apenas pensé que fue un sueño, sabía era había sido real y que hoy tendría que cumplir la promesa que le hice a Julie busqué el papel para ver la foto y confirmar que era ella, cuando lo hice llamé a la policía y les dije que sabía dónde estaba el cuerpo.
No pensé que me verían como culpable porque ella murió años antes de que yo naciera por lo que me presenté para ver si era cierto y si, allí había un cuerpo que posiblemente había sido enterrado el mismo año en el que ella desapareció, parecía llevar el mismo vestido sucio y roto que la chica traía anoche.
Los policías me interrogaron y vieron que no tenía relación alguna, por lo que me dejaron libre. Sospechaban que era una víctima del famoso asesino "Ted Bundy".
Lunes 27 de julio.
Cuando me alistaba para ir al trabajo y alimentaba a mi gato antes de irme sentí como la luz del baño se prendió.
¿Qué fue eso?
Cuando entré lo primero que vi fue el espejo en el cual había una chica sonriente que me era muy familiar.
-¿Qué haces aquí?
Ella que solo seguía sonriendo de pronto habló.
-Gracias por escucharme, ahora por fin soy libre y ya es hora de irme...
Nuevamente desapareció y yo me quedé pensativo, era hora de volver a mi rutina y no decir nada de lo sucedido o me verían como a un loco.
Al salir de casa vi el diario que en la esquina derecha decía "Hallan el cadáver de Julie Cunninghan después de 35 años desaparecida".