Capítulo Único

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Baekhyun no estaba enojado por haber esperado durante treinta minutos bajo la lluvia por un taxi que lo recogiera. No. Ni por todos los coches que pasaron salpicándolo de agua sucia. Tampoco estaba enojado cuando finalmente un taxi paró a su rescate y el conductor de éste —un tipo gordo y grotesco que le doblaba la edad, más o menos —lo llamó guapo. Baekhyun estaba enojado porque el restaurante en el que había acabado no tenía su sabor de malteada preferido y había terminado tomando un café americano. Porque: "¿Qué clase de restaurante no tiene malteada de fresa?" había dicho Baekhyun a la mesera. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades que pasó para llegar a mitad de su destino —porque de hecho su casa aún estaba lejos— se sentía agradecido de descansar del frío y la lluvia en ese semi-desierto restaurante.

Baekhyun llevaba un mes en la universidad de sus sueños estudiando la carrera que siempre quiso. Él había pensado que vivir en una metrópolis cosmopolita como era Seúl, sería muy diferente a vivir en su normal casa en la provincia de Gyeonggi-do, y a pesar de que sí lo era, a Baekhyun le encantaba. Es más, en la primera semana de clases Baekhyun logró hacer tres amigos, lo cual parecía una cosa difícil para un chico tímido como él, sin embargo, después de convivir dos horas con ellos, se dio cuenta que tenían más cosas en común de lo que se imaginaban. Primero había conocido a Jongdae, quien era por algunos meses menor que él y un poco más ruidoso de lo que a Baekhyun le hubiera gustado. La primera vez que lo vio fue afuera del salón de clases el primer día; lucía tan perdido como un corderillo recién nacido. Baekhyun, obviamente, no se acercó a hablarle pues no estaba seguro si iba en la misma clase que él, pero una vez sentados en el salón, uno a lado de otro, una extraña e invisible conexión surgió repentinamente. Tal vez fue porque Jongdae hablaba hasta por los codos y casualmente era de la misma provincia que Baekhyun, o quién sabe, pero la amistad surgió inmediatamente. Dos días más tarde, ambos chicos conocieron a Kyungsoo: un chico bajito, de ojos grandes y con un carácter poco común. Kyungsoo había entrado al instituto un año adelantado, por lo que al entrar a la universidad resultó ser el menor de la clase. No era un tipo que hablara mucho, cabe destacar que esta cualidad fue la que hizo que tardarán tanto en notar su presencia, no sólo por "los beagles" como Jongdae había nombrado a Baekhyun y al él (por no decir que incluso había hecho un ship: Jonghyun. Argumentando que serían como el cantante famoso) sino por el resto de sus compañeros.

—¿Se le ofrece algo más? —La voz de mesera se escuchó repentinamente haciendo que Baekhyun saliera de sus pensamientos. —Lamentamos no tener lo que usted deseaba, joven. En compensación, le ofreceremos una cortesía para la siguiente vez que regrese.

"¿Regresar? ¿Quién dijo que haría semejante cosa?" Pensó Baekhyun, sin embargo le ofreció un asentimiento de cabeza acompañado de una sonrisa que no pudo verse más hipócrita de lo que ya era. Pidió la cuenta a la mesera y se dirigió a la salida a pagar. Una vez afuera, agradeció por segunda que vez que la lluvia se hubiera detenido y sólo un pequeño viento haya quedado como recuerdo de la tormenta que había azotado a Seúl. Baekhyun sacó su teléfono y marcó el número de su compañero de departamento. Después de tres timbrazos éste contestó.

—¡Baek! ¿A qué no te imaginas? —El pelinegro quería contestarle no, no soy adivino, pero se contuvo. Había sido un mal día y poner a Jongdae de malas tampoco era buena idea. Al ver que el chico en la otra línea no contestaba, Jongdae prosiguió. —Al fin se ha ocupado la habitación a lado de la tuya. La señora Im ha venido a dejar otra copia de llaves para que se la demos a nuestro nuevo compañero. Por cierto, ¿en dónde estás? Se supondría que llegarías hace...—Jongdae detuvo su boca y Baekhyun logró escuchar golpes en la puerta. Su amigo se excusó amablemente y sin colgarle fue a atender. Durante algunos segundos Baekhyun pudo escuchar voces a lo lejos. —¡Regresé! —Exclamó Jongdae. —Ahora sí. ¿En dónde dices que estás?

Afortunado [Chanbaek]Where stories live. Discover now