your favourite boy . myg + pjm

f a v o r i t o d e q u i é n ?

minúsculas intencionales

tal vez su hermano mayor tenía razón: él jamás podría alcanzar a cubrir las expectativas tan altas de sus padres. ellos esperaban una niña para empezar, y quizás ese fue el primer punto de una lista larga sobre el porqué min yoongi jamás sería suficiente.

«no te gastes tratando de complacer a nuestros padres, no estás a la altura» comentó jihyun un día en el que las lágrimas lo devoraban vivo. «ponte a pensar en todo lo que has hecho mal desde que naciste y te darás cuenta de que estás lejos de ser el favorito, yoongi» señaló cerrando la puerta tras su partida del baño. su llanto cesó mientras su cerebro procesaba la cantidad de falencias que yoongi cometió desde el día 9 de marzo.

y su mente llegó a la conclusión de que su mayor error fue haber nacido. fue por eso que corrió un día a la salida del colegio en dirección contraria a su casa. el río se encontraba lejos pero las ganas de yoongi para irse y dejar a todos en paz eran más fuertes que la distancia.

desde el puente el agua se ve menos sucia, incluso detrás de la valla se puede apreciar lo extenso del río donde estaba construido el puente blanco. varias inscripciones se notaban en los barandales, a las cuales min yoongi ignoró olímpicamente mientras miraba más allá del horizonte, donde el río seguía. se preguntaba que si se tiraba llegaría hasta el final junto al lento caudal de agua, flotando o sumergido en ella.

«existen más colores que el negro, el gris y el blanco» habló un chico moreno de la nada, deteniendo con sus palabras al rubio que miraba con deseo aquella valla que le separaba de la muerte. «veo que tú aún no los has visto» dijo sonriendo, haciendo que sus ojos se convirtieran en una línea curva negra. las mejillas abultadas y los labios que parecían sumamente suaves y esponjosos del chico lo embobaron el tiempo suficiente para que repensara las cosas. el chico se acercó a él lentamente, y de la nada tomó su mano alejándolo cada vez más de la baranda, del puente, del río, de la tristeza.

«¿adónde nos dirigimos?» se atrevió a preguntar dejándose guiar por el muchacho, aferrando su mano a la del pelirrojo con fuerza, pensando que está dejando atrás el mundo que conocía, adentrándose a otro que le causaba intriga. el chico sonrió negando levemente, y a min yoongi le pareció la sonrisa más linda del universo, porque ni siquiera las estrellas iluminaban como aquella sonrisa cegadora. «soy yoongi. min yoongi» se presentó respirando más ligero.

«yo soy park jimin» respondió el moreno frenando de repente. una extensa pradera verde se extendía ante ellos, las flores de colores exóticos y alguna que otra mariposa se dejaban ver entre tanto pasto bien cuidado. el menor sintió un tirón en su mano pálida, y miró a su costado notando que jimin se había sentado y lo invitaba a hacer lo mismo en silencio. hizo caso, deshaciéndose de su mochila de paso, y también de sus zapatos, provocando una sutil risa del mayor. una risa que a los oídos de yoongi fue el canto del ruiseñor que de pequeño se posaba en su ventana para despertarlo. «¿puedo saber por qué ibas a suicidarte, pequeño yoongi?» inquirió el mayor acercándose más al pequeño rubio que parecía una muñeca de porcelana fisurada, a punto de romperse. limpió rápidamente una lágrima que cayó de sus gatunos ojos y rodó por sus sorojadas mejillas.

«porque no debería estar aquí» admitió yoongi entre hipidos. notó la confusión en los expresivos ojos color chocolate de park jimin. «no tendría que haber nacido» susurró dolido, rompiendo en un llanto que pronto fue acallado por el calor que el pecho del mayor le brindaba a su cansada y dolida alma.

«¿por qué dices eso, pequeño?» la pregunta salió, y esperó varios minutos a ser contestada. jimin aprovechó para quitarse de encima el saco del uniforme escolar y colocárselo al rubio que lloraba ahora en silencio encima suyo. el frío se comenzaba a notar porque ya estaban a mitad de otoño, aunque en aquel prado se viese como en primavera.