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"La muerte no se reparte como si fuera un bien..." 

Ya han pasado las vacaciones de verano y hoy es el primer día de clases estoy muy emocionada, espero que nuevamente Adrien y yo vayamos juntos en el mismo salón ya que no tengo amigas y tal vez no pueda socializar este año tampoco...

       Al llegar al colegio Adrien me saludo y me dio uno de esos abrazos que expresan todo en un momento y me contó todo lo que había hecho en sus vacaciones muy entusiasmado, al momento escuchamos una voz alta y fuerte que ordenaba firmemente.
-¡Según sean nombrados se forman! -Dijo el director del colegio él cual era algo robusto y alto, tenia unos ojos desafiantes...

         Cada uno de los alumnos se fueron formando de acuerdo los llamaban, yo solo quería escuchar que nombren a Adrien y a mi en el mismo salón pero al momento mi corazón empezó a latir muy rápido cuando escuche que el director me nombro en otro salón. Mire a Adrien y vi como se le dilataron las pupilas y entonces fue cuando mi mundo empezó a desmoronarse.

      Mas tarde cuando ya todos los maestros se presentaron nos retiramos a nuestras casas, Adrien y yo caminamos a nuestras casa pero al llegar lo invite a pasar.
Nos sentamos en la sala y él me pregunto -¿Qué es lo que sientes cuando estas conmigo?
-Sentí un nudo en la garganta y entonces le respondí nerviosa -¡Jaja! ¿por qué me lo preguntas?
-Hubo un momento de silencio y entonces se levanto y me dijo -Tengo que irme mañana nos vemos... -Y salió directo a su casa tal vez solo no tuve palabras suficientes para decirle que con él me siento libre y no tengo la necesidad de fingir mis emociones son puras y sinceras como nuestra amistad, siento que hoy fue un mal día, pero todo mejorará.

          Llego el otoño mi estación menos preferida debido a el viento, era casi las 3:00 de la tarde, mi madre me mando a comprar algunos ingredientes para hacer galletas con chocolate. Salia de mi casa y mi vecina, aquella señora cuarentona y viuda que siempre se la pasa espiando a los demás, estaba en su patio encima de una manta retorciendo todo su cuerpo, trate de cruzar la calle e intentar que no me vea pero aun así la escuche saludarme.

-¡Hola Luna!¿a dónde vas?
-¡Hola señora Anderson! -Y seguí el camino con la cabeza entre los hombros.
-¿Luna adonde vas? - Ella insistió.
-¡Ah! por ahí... -le respondí disimulando mi enojo mientras que mi mente decía .-A usted que le importa vieja metida...-Ella se quedo callada y me observo, mientras seguía me puse la capucha, por que había mucho viento.

Camine hasta el minimercado del pueblo y vi a lo lejos que un chico con lentes azules y cabello oscuro (seguramente era nuevo en la ciudad), estaba entrando en el minimercado al que iba, pensé que era un turista o algo así, lo estaba observando, pero en eso; apareció Adrien, lo salude como de costumbre y me ayudo a tomar de los estantes lo que mi mamá escribió en la lista, mientras yo observaba a aquel chico sigilosamente, regreso a verme y salio enseguida. Fuimos al cajero y después de pagar yo, Adrien pago sus gomitas de chocolate y un snack para mí. Me acompaño hasta mi casa, pero me lleve una gran sorpresa al abrir la puerta, la Sra. Anderson estaba en la sala conversando con mi mamá. Deje las cosas en la cocina y fui directo a mi habitación, por que ya era tarde y las galletas quedarían para el siguiente día.

         Amaneció y realice la misma rutina de todos los días. Cuando llegue al colegio vi a Adrien que se estaba acercando a mí pero en ese instante vi también que en las bancas del patio estaba sentado el chico de lentes del minimercado, ¿comó era posible?, ignore a Adrien sin querer y me fui hasta esas bancas disimuladamente, fue un momento en el que se me pego la locura, y no sabia que hacer, sonó el timbre y  no pude acercarme más. Entre a clases, mi cabeza estaba llena de pensamientos e ideas ademas de muchas hipótesis sobre ese chico. 

         Los días siguientes Adrien estuvo casi un poco alejado de mi solo estuvimos juntos para charlar en el receso y me parecía algo tan extraño por que prefería pasarlos  solo a que estar conmigo. Me dolía verlo así, me acerque a él mientras estaba leyendo su libro favorito...  

Adrien vio que me estaba dirigiendo a él, tomo rápidamente sus cosas y se fue pero lo alcance tomando él separador que le había regalado por su cumpleaños, era azul y tenia nuestras iniciales colgadas de el...
-¿Qué es lo que hice mal? -Le pregunte enseguida, él solo me miro tristemente y no me respondió.
-Sabes disculpa pero creo que esto es serio y solo quiero decirte que no se que es lo que pasó ni por que estas así, pero aun así.- Sentí un nudo en la garganta de esos que te avisan que vas a llorar y entonces se lo dije. -Es que tú eres lo bastante importante para mi y no quiero perderte. Aun después de los momentos que hemos pasado, solo recuerda, nos conocemos desde que tenemos memoria y te conozco mas que a nadie en el mundo... Lo se, se que como amiga no soy la mejor de todas y no soy tan expresiva contigo pero, enserio perdón...
Nos quedamos mirándonos y luego abrace a Adrien, no se por que lo hice simplemente fue un impulso.
Nuestros compañeros nos observaban y luego Adrien me dijo algo que no le entendí por que tenia la voz entrecortada y no volví a preguntar por que hubiese sido inoportuno. Solo cerré los ojos y asentí.

Días después todo estaba bien conversábamos y pasábamos todos los recesos juntos, íbamos a la biblioteca y a una heladería con diseño estilo Kawaii, todo era igual que antes, me sentía feliz.
           

          Hice una nueva amiga del salón no se como sucedió, pero sucedió, y aunque es casi todo lo contrario a mi nos llevamos bien. Fui a la biblioteca con ella, por que tenía que devolver un libro que me lo prestaron por unos días, alguien me tapo los ojos y estaba entrando en pánico, hasta que una voz conocida me dijo -¿Quien soy? -note rápidamente que era la voz de Adrien y me calme, me di la vuelta y nos reímos. Emilia llego con un libro en la mano y se quedo algo enojada cuando vio a Adrien;
-¿Quien es él? -Me pregunto como si hubiera visto un bicho raro.

-El es Adrien, mi mejor amigo, lo conozco des... -Ella me interrumpió y enseguida dijo. 

-Un gusto conocerte Adrien, ¿Luna ya nos vamos? 
-Sí, claro.  -Adrien ¿ya te vas?
-Sí vamos los tres y mientras hablamos... -Lo dijo él y a Emilia le pareció perfecta la idea.

Así que salimos de la biblioteca y pasamos por el parque vimos la fuente y dimos de comer a las palomas, fue un día muy lindo, los tres tuvimos buena comunicación y nos reímos de todas las estupideces que apropósito decía Adrien.




Su ultimo inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora