Era una de esas tardes de otoño ,en las que las briznas se movían más rápido que colibris y las hebras de tu cabello me golpeaban delicadamente la cara.
Esa vez,en la que vimos como las nubes se revoloteaban en el cielo,se juntaban,se volvian a separar, y hacian competencias. Fue el primer atardecer que vieron nuestras miradas,me tomabas de las manos como si yo saldría huyendo pero,quien lo haría estando colgada en el paraiso.
Tu risa silenciaba cualquier otra melodia,y solo resonaba en mis oidos,mientras yo seguía acostada en los ramales que me abrazaban,tus brazos, los que me curaron de las dudas una tarde de antaño y me hicieron creer en las cosas buenas de las vida. Quien pensaría, que iba a terminar loca por las cuencas de tus ojos y la forma en como me llamabas "pequeña" .
Justo alli tambien me besaste y mis labios sintieron la pureza del amor,se humedecían entre los tuyos y yo volaba,como los alces de esa tarde. Desde esa vez te espero en la banca de siempre a darnos un beso,como si fuera el primero.