Chico suicida

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Lunes

Estoy soñando, lo sé, corro por un bosque oscuro sin encontrar la salida ¿Por qué estoy corriendo? Es un sueño y aun así siento el cansancio en mis piernas y el ardor en mi pecho duele, quiero parar y ver de qué estoy huyendo, pero una fuerza invisible me lo impide y continuo corriendo como si mi vida dependiera de ello, tal vez es así. La sensación de frio llega hasta mis huesos y es extraño, porque sé que esto es un sueño pero a la vez es tan real, de la nada un golpe suena en alguna puerta cercana y con esto mi sueño se desvanece como si nunca lo hubiera tenido.

Parpadeo lentamente ajustando mis ojos a la luz que sale por la puerta del baño mientras me quedo quieto intentando escuchar de donde vino el ruido que me despertó. El toque se repite en la puerta de mi habitación, es mi hermano otra vez, parece que la familia ya está despierta. No tengo ánimos de levantarme ni de pasar por otro día, pero sé que si me tardo, entrara para asegurarse de que estoy despierto, lo odio. Solo quiero seguir durmiendo.

- ¡Estoy despierto! – grito molesto a la puerta, hago una mueca ante mi propio grito pues odio hablarle así pero no puedo evitarlo, escucho un suspiro mientras los pasos se alejan de mi habitación y hacen que me sienta más culpable ¿Qué está mal conmigo?

Mi habitación está a oscuras como siempre, me gusta mantener las cortinas cerradas aunque la ventana permanece siempre abierta, eso es algo que molesta sobremanera a mi hermano siempre temeroso de que un ladrón o asesino entre, a mí me da igual, si fuera un asesino y me matara me haría un favor y si fuera algún ladrón, pues lo siento por el pero no tengo nada de valor en mi habitación, además me gusta deslizarme por ella cada noche hasta el techo, es un lugar muy tranquilo para mi donde paso mis noches de desvelo.

El ruido de pequeños pasos en la escalera me saca de mis pensamientos y me encuentro mirando a la nada ¿cuánto tiempo ha pasado? Odio las mañanas, es tan fácil para mí perderme en vagas contemplaciones sin importancia para luego no recordar nada, mi mente fragmentada suele jugarme malas pasadas, lo odio.

Odio, odio, odio... una palabra tan usada, pero hay tantas cosas que odio que sería más fácil decir cuáles no, bueno no tan fácil, ni siquiera sé lo que no odio. - ¡Basta!- me reprendo mentalmente, si se me hace más tarde tendré que aguantar los reclamos de mi hermano y no tengo humor para eso.

Me encuentro en la ducha y el agua esta helada pero no me importa, el agua corre oscureciendo mi pelo castaño demasiado largo para el gusto de mi hermano, pero no me importa, me gusta así, no importa que tenga que aguantar las burlas de mis compañeros diciendo que parezco una niña, los golpeare esta vez sí Sumi empieza con eso, lo malo es que nunca está solo demasiado tiempo y al igual que en el colegio termino perdiendo cuando aparecen sus amigos, los odio.

Salgo de la ducha para alistarme, por suerte la universidad no pide un uniforme, eso sería fatal. No sé qué haría sin mis sudaderas y tenis, son mi equipo de salvamento para cuando las cosas se ponen difíciles. Intento aplacar mi cabellera rebelde y termino perdiendo, odio su color castaño, tal vez debería pintármelo en negro se vería bien, tal vez lo haga esta noche, odio cuando mi hermano me mira y su cara refleja la tristeza que siente cuando recuerda a nuestra madre, odio parecerme tanto a ella.

Creo que estoy listo, mi cara esta algo pálida a causa del baño frio, mis ojos se ve algo opaco sobre las ojeras que se marcan tenuemente, no entiendo cómo puedo dormir tanto y sentirme como si hubiera corrido toda la noche, un poco de delineador negro los resaltara y dará algo de vida, mis ojos verdes, la única cosa que no odio.

Bajo silenciosamente las escaleras, de la manera que mi hermano odia porque parece que nunca sabe cuándo ando cerca, no para de bromear sobre que me pondrá un cascabel como los gatos, ¡un maldito cascabel! No sé por qué la idea me irrita tanto sabiendo que es una broma, pero me molesta mucho y mi humor siempre latiendo en la superficie termina saliendo para una discusión sin sentido.

Un perfecto amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora