Yo lo veía y puedo jurar que no me quedaban ganas de ver a nadie más.
En ese preciso momento comprendí que lo ojos siempre le pertenecen a la persona que los hace brillar.
Frida Kahlo
Yo lo veía y puedo jurar que no me quedaban ganas de ver a nadie más.
En ese preciso momento comprendí que lo ojos siempre le pertenecen a la persona que los hace brillar.