Cuando te conocí

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SABADO 14 DE ENERO DE 2019

A las 6:00pm

¡Estábamos en el parque Joseph y yo! SOLOS. Como lo imagine, ¡total amor a primera vista! Fue algo incomodo, nadie decía nada solo éramos los dos entre el silencio. Ya que se me ocurrió iniciar la conversación.

—Mmm ¿te gusta el pan?.-la cual me arrepentí de haberla iniciado yo. Por lo visto no fue tan mal.

Soltó una carcajada—Mmm pues si y ¿a ti?.-me regresó la pregunta.

—Mmm, ¡pues si!.. Oye...-!me arrepentí de haber dicho eso!

—¿Qué pasa?

—Quería saber si...te gustaría columpiarte en los columpios.-puse una mirada traviesa.

—¡Vamos!.-me devolvió la mirada. Me tomó de la mano y me llevó hasta los columpios.

Me senté en uno y él en otro. No me quitaba la mirada de encima, fue algo raro, ¡pero me encanto! Éramos los dos nuevamente atrapados en el silencio moviéndonos para enfrente y atrás sobre los columpios. Hasta que él empezó al fin la conversación.

—Lamento mucho la pérdida de tus padres...

—No pasa nada. Y también lamentó la pérdida de tus padres a de haber sido horrible.-bajó la mirada, miro el suelo y una lágrima le rozó por la mejilla. Me levanté, vio mi reacción, se secó la lágrima y me acerqué a él. Lo agarré de la muñeca...

—Ven sígueme.

—¿Adónde?

—Ya veras.-me dirigía a mi lugar favorito de pequeña, donde mis padres me llevaban cuando tenía 3 años, todos los días después de las 5 para ver las estrellas, donde se escuchaba las olas al caer; donde era lo único que se admiraba era...lo más hermoso.

Iba corriendo mientras el trataba de seguir mi paso. Ya estábamos cerca. Hasta que al fin llegamos.

—Es aquí.-le dije mientras trataba de recuperar el aliento y me sentaba en una roca. Él hacía lo mismo.

—¿En donde estamos?

—Aquí es donde mis padres me traían cuando tenía 3 años todos los días sin falta después de las 5...cuando ellos todavía vivían.

—¿Cuántos años tenías cuando tus padres murieron?

—Tenía 6 años. Todo este tiempo me crié yo sola. Obtuve trabajo a los 11 y entré a la secundaria, a la preparatoria y seguí trabajando y ahora que estoy en la universidad tengo mi propia casa. Junté el dinero que me dejaron mis padres para mi universidad junto con lo que gano en el trabajo.

Sé quedo sorprendido. Lo miré, sonreí y noté que cambió su cara de preocupado. Fue cuando me di cuenta de que las lágrimas empezaron a brotar sobre mis mejillas una y otra, hasta que me dejé caer en la arena y todos los recuerdos empezaron a llegar por mi mente. Ya se me había olvidado de como era mi madre o mi padre. Joseph angustiado se puso a lado de mí mientras me abrazaba. Y me recargué sobre su hombro.

—Está bien. No te preocupes, yo te ayudaré, estaré para ti a partir de ahora, ¿okey?.-me dijo mientras me besaba la frente.–Te lo prometo

Asentí una vez y lo miré a los ojos. Y sus labios presionaron mi frente. Luego los dos al final vimos todo el día el mar y ahí nos quedamos atrapados en el silencio mientras escuchábamos el sonido del mar. Hasta que él hablo.

—Creo de deberías irte a dormir...

Yo asentí.

—Vámonos.-le dije tratando de mantener el equilibrio. Él me ayudó a levantarme y nos fuimos por donde llegamos.

Poco a poco me dejaba caer, pero él me sostenía así que caí completamente. Sentí que unos brazos fuertes y suaves me cargaron. Sentí que estaba flotando así que me quedé dormida.

El día después amanecí en mi cama desperté y baje las escaleras mire que él estaba ahí en el sofá dormido completamente. Era tan perfecto, dormía como un ángel. Aproveché para darme un baño y alistarme. Cuando termine de bañarme me enrollé la toalla en mi cuerpo y me fui directo a mi habitación de puntillas para hacer menos ruido posible y cerré mi puerta y me cambie y me pinte fue algo muy rápido. Escuche que alguien estaba haciendo mucho ruido en mi cocina de abajo así que baje rápido.

–¿Que haces?.-Le pregunte con voz burlona.

–trato de hacer desayuno.-Me respondió haciendo una mueca de que se rendía.

–Déjame lo hago yo.-Le respondí con voz burlona.

–Está bien, tendrás que enseñarme a cocinar.-Me dijo mientras se reía.

Yo asentí y saque 2 huevos del refrigerador,2 pedacitos de jamón, 1 sartén y aceite, mientras el se sentaba en el comedor para observar con cuidado y no perderse ningún detalle. Primero puse el sartén en la estufa, prendí la estufa y le puse aceite al sartén, después partí el jamón en pedazos y los puse en el sartén y al final le puse los huevos. Mientras hacía el procedimiento el me pedía que lo hiciera lento para tomar nota, empezaba a escribir con mucha rapidez para no perderse de nada. Saque los platos y serví el desayuno, puse los platos en la mesa y los dos nos sentamos en la mesa para comer. En cuanto me metí el primer bocado el me miraba con los ojos muy atentos para ver cómo comía ya que digerí la comida el se metió el primer bocado en la boca, después yo acabé primero que el así que aproveche a lavarme la boca después baje y el estaba de pie en la puerta.

–Me tengo que ir!.-me avisó

Hice cara de pocos amigos, el me agarro de los hombros y me dijo.

–No te preocupes volveré.

Observo con cuidado mis facciones y al ver que cambie de cara un poco feliz me beso en la mejilla y me susurró en el oido.

–ME LA PASE MUY BIEN AYER.

Me quede atónita y en shock, no podía respirar mientras él salía de la casa yo trataba de mantener el equilibrio ya que pude volver a respirar. Me subí a mi cuarto a brincos hacia mi cuarto recogí mi celular y mis audífonos conecte los audífonos a mi celular y me los puse para escuchar música. Salí de la casa cerré con llave y me fui a caminar con la música a todo volumen

Vista de dolorWhere stories live. Discover now