Feliz Navidad, Tsukki~

.:Nuestra Navidad:.

Estas feliz, te mueves de un lado a otro emocionado, después de tanta espera ha llegado Diciembre y con el, una de las fechas que más te gustan; navidad. No puedes esperar para saber los planes de Tsukki, tu mejor amigo. 

Inevitablemente te levantas temprano, intentas conciliar el sueño, pero no lo logras, te levantas y empiezas a arreglar para el colegio, tomas tu desayuno después de saludar cariñosamente a tu madre; luego de haber perdido el tiempo jugando con lo que encontrabas, sales de tu casa y caminas hacia su punto de reunión.

Le ves ahí parado, y no puedes evitar sentir una alegría enorme invadir tu ser, pero tratas de disimularlo un poco, y te acercas:— ¡Buenos días Tsukki! —el tono alegre de tu voz esta más encendido que nunca, aunque lo quieras negar. Y ese ahogue tuyo te delata también.

Él lo nota, pero decide no decirte nada y solo saludarte:— Buenos días —murmura con voz monótona, ¿Tú? Tú le miras con admiración, no puedes creer que solo soltando un saludo pueda lucir tan impresionante.

Emprenden su camino, porque a pesar de ya ser Diciembre, sus clases no terminaran hasta dentro de una semana más. En el corto trayecto que llevan, no has podido despegarle la mirada de encima, realmente lo admiras. Él lo sabe, pero no se siente incomodo, al contrario, se siente importante, se siente como solo tú haz logrado que se sienta, genial.

Es consciente de la gran devoción que le tienes, pero no te dice absolutamente nada, porque sabe que si lo hace te sonrojaras completamente, y aunque no le molesta esa idea tampoco, cree que puedas cambiar, o al menos trates de ocultarlo más decentemente. Y él no quiere eso, le gusta ver los lindos destellos en tus ojos dedicados a su persona, a él y solo a él.

—Yamaguchi —te llama.

—¿Si Tsukki? —respondes enseguida, con algo de curiosidad, él apenas y te ve de reojo.

—¿Tienes planes para el 24? —te pregunta, tú, un poco asombrado niegas levemente con tu cabeza, creíste que serías tu quien sacaría ese tema. Esta nervioso, le avergüenza tanto pedirte que la pases con él, que incluso se ha sonrojado hasta las orejas, agradece que seas despistado y no lo notes— Entonces ve a mi casa.

Tus ojos brillan y asientes eufórico:— ¡Esta bien~! —él agacha la cabeza y desvía la mirada, pero sus labios se curvan en una diminuta sonrisa— Oh, pero Tsukki, ¿Tú familia no se molestará? —preguntas preocupado.

¿Te digo la verdad? Él se esta burlando internamente de ti, ¿Su familia? ¿Molestarse por ti? Por favor:— Para nada, mamá te quiere —como futuro yerno— A Akiteru ya no lo aguanto de lo tanto que insiste en que vayas —realmente pide que te invite— Y a papá le caes muy bien.

Tú sonríes a lo ancho por sus palabras, tu también aprecias mucho a los Tsukishima. En especial al menor de ellos. Aceptas, esta vez sin ninguna replica o queja de por medio.

[...]

En toda la semana has tenido más energía que nunca, por lo muy feliz que te tiene la invitación de Tsukki, tu mamá esta bastante contenta de verte así, por lo que sin dudas accede a darte permiso. También te alegra que sea el ultimo día de clases, ya no quieres más escuela.

Durante el descanso, Kei te da los detalles de la "reunión familiar", puedes llegar a la hora que gustes, el te pidió que fueses desde las dos de la tarde, y tu claro que aceptaste, no es necesario que vistas formalmente, y necesitas llevar una muda de ropa para dormir, será la segunda vez que te quedes en su casa.