Algo tan simple como una palabra puede completar muchas historias.
Algo tan simple como una palabra puede formar la historia de la humanidad.
Seguramente si no tuviéramos la capacidad de comunicarnos no destacaríamos por nuestra inteligencia. Sin la palabra no sabríamos quién es Cristóbal Colón, no tendríamos una base religiosa porque nadie habría escrito sobre Jesús de Nazaret o Mahoma, no habría personas como Cervantes que han llegado a la fama por su manera de utilizar las palabras. Seríamos unos incultos, no porque no estudiáramos si no porque no tendríamos qué estudiar. Nadie sabría nuestros orígenes. Creo que una persona sin pasado no está completa, por lo que el mundo sin una historia que contar, analizar y estudiar no sería tal y como es ahora. Simplemente todo cambiaría.
La palabra nos acompaña en cada momento de nuestras vidas, es testigo de todo lo que nos sucede. Ésta nos ayuda a escribir nuestro presente. Para que nuestros descendientes sepan de dónde vienen.
Una palabra tiene mucho más poder del que creemos, si una sola palabra cambia nada tendría el sentido que debería tener. Una buena noticia podría ser la peor.
Como he dicho antes, muchas personas viven de su manera de escribir, no solo escritores, también periodistas, profesores y cantantes, ¿que harían ellos sin la palabra?
Creo que nunca nos paramos a pensar este tipo de cosas. ¿Quiénes seriamos si no pudiéramos saber lo que nos dicen los demás por medio oral o escrito?
Sinceramente creo que una gran parte de nosotros es nuestro pasado, nuestra historia. Y si nuestros antecesores ni hubieran dejado escrito que Cristóbal Colón descubrió América y que Américo Vespuccio le dio su nombre a este gran continente, posiblemente pensaríamos que ya se conocía, como Asia o Europa. Probablemente otras personas llegaron antes que ellos, pero como no lo relataron o contaron no sabemos nada sobre ellos. Si nuestros antecesores no hubieran contado sus tareas diarias a sus hijos o nietos no sabríamos que la agricultura era la base económica. Por que es tan importante el medio oral como el escrito.
Si nadie hubiera escrito la palabra de Dios, si de generación a generación no hubieran contado lo que hicieron los profetas, tanto de una religión como de otra, ¿que sería de nuestras creencias? Serían totalmente distintas a las de ahora.
Después de todo esto he llegado a la conclusión que sin la palabra como testigo mágico de la historia nada sería tal y como es ahora. Simplemente no conoceríamos casi nada sobre algo tan simple como nuestra historia.