Capítulo 1
Se removió sobre la cama soltando un leve gruñido al escuchar fuertes ruidos provenientes de la cocina y sin pensarlo dos veces llevó una almohada a su rostro en un vano intento por reconciliar el sueño, sin embargo, después de unos minutos finalmente desistió.
—Maldita sea Aiden... —Murmuró con la voz algo ronca mientras abría sus ojos poco a poco antes de decidir levantarse y comenzar a caminar hacia el baño.
Luego de higienizarse optó por permanecer en pijama un rato más y bajar, no sin antes ordenar un poco todo el lío que había dejado la noche anterior.
—¿Te has caído de la cama? O es que la mudanza te ha afectado? —Luego de haber bajado las escaleras ingresó a la cocina encontrándose extrañamente a un Aiden, a su parecer, muy arreglado.
—Buenos días para ti también hermanita. —Responde apartándose de la cocina y depositando dos tazas de café sobre la mesa.
—¿Tú preparando el desayuno? —Alzó ambas cejas sorprendida y procedió a bajar la música ganándose una mirada de molestia por parte del castaño— es que debo seguir dormida y no me doy cuenta.
—Omite esto y siéntate a beber el café, no acabes con mi buen humor.
—Discúlpame por sorprenderme pero nunca en toda tu vida te has levantado tan temprano además... —Hace una pequeña pausa mientras tomaba asiento— no eres el tipo de persona al que le gusta la cocina, siempre me lo dejas a mi.
—Es mi intento de ser responsable, ya que pronto comenzaremos la Universidad de nuevo y esta vez debemos ajustarnos a los horarios. —Comenta soltando un suspiro— Después de todo ya no estamos en casa.
—Increíblemente tienes razón... por cierto, me alegra oír que has decidido ser más responsable, significa menos trabajo para mi. —Sonríe burlona observándolo rodar los ojos.
—¿Mamá no te ha llamado?
—El último mensaje que recibí de ella fue hace unos días, cuando apenas llegábamos aquí. Nos deseó suerte y lamentó la discusión que tuviste con nuestro padre.
—No es ella quien debería lamentarlo.
—Iré de compras esta tarde, aún necesitamos algunos víveres... —Desvía el tema al notar como el ambiente de pronto se volvía algo tenso— iba a pedirte algo de los ahorros para ello.
—¿Cuanto necesitas? es que he pagado las cuentas del departamento anticipado para no retrasarnos pero aún queda lo de la Universidad.. —Pasa una mano por su cabello en señal de frustración— el dinero se nos acabará pronto, he pensando en conseguir algún trabajo, tal vez algo de pocas horas no lo sé, lo que pueda encontrar primero.
—Siendo así no te preocupes por las compras, creo tener algo guardado así que sólo déjame ese tema a mi. —Murmura antes de darle un sorbo al café— sobre el trabajo.. ¿En qué has pensado?
—Le he pedido una mano a Demian, se que el tiene contactos. —Menciona y lo siente posar su vista sobre ella como si examinara su reacción a lo que no pudo evitar suspirar— entiendo que el no te agrade, pero tal vez sea una buena oportunidad..
—¿Que te ha dicho?
—Que el se encargará de hablar con su entrenador. —Comenta— de seguro comenzaré trabajando en el gimnasio y con suerte podré también entrenarme allí.
—Mostraras tu potencial para ganarte un lugar.. —Lo ve asentir— ¿Estas seguro de que eso es lo que quieres? —Preguntó con una mínima esperanza de que lo reconsiderara.
El boxeo no le desagradaba, pero la imagen de su hermano herido si, y aunque sabía que no se trataba precisamente de alguien débil e indefenso no podía evitar sentir preocupación.
—Tú más que nadie sabes que el boxeo siempre fue algo importante para mi, además, necesitamos el dinero. No estoy en condiciones de desaprovechar una oportunidad..
—Si es lo que crees mejor entonces estoy de acuerdo. —Asiente levemente y lo observa sonreír.
—Por cierto, olvidé mencionar que Demian vendrá en la tarde al departamento.
—Comienzo a pensar que no tiene una casa propia.. —Pone los ojos en blanco- me alegra saber que estaré fuera.
—No entiendo tu constante desagrado con el, creí que comenzaban a llevarse bien después de lo del verano.
—Técnicamente fue el quien me arrojó al lago, por lo que, sacarme antes de que muriera ahogada era lo mínimo. —Responde en un tono de obviedad mientras lo miraba enarcando una de sus cejas.
—Fue un accidente, el no tenía idea de que tú no sabias nadar.. Luego de eso te pidió disculpas y hasta te compró dulces.
—Le di las gracias, y eso ya fue algo muy decente de mi parte créeme.
—No hace falta que lo digas, soy tu hermano.. se de lo que eres capaz. —Murmura haciendo una mueca— ese día tenía miedo de que cuando fuiste a cambiarte al coche tomaras las llaves y nos dejaras varados allí.
—En ese momento no sabía conducir ¿recuerdas?
—Cuando estas enojada todo es posible.
ESTÁS LEYENDO
Entre los problemas [Editando]
Teen FictionQuién diria que independizarse sería tan difícil. ¿Mi hermano un boxeador? Nunca lo hubiera imaginado. ¿Lo bueno? Podremos mantenernos sin pedir ayuda a nuestros padres. ¿Lo malo? Las responsabilidades. ¿Lo jodidamente horrible? Te...