El Caballero y la Hada

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En esa cabaña lejana al pueblo, vivía un solitario caballero que anhelaba compañía.

En medio del bosque yacía un hada violenta que se negaba a la cercanía. 

Otabek Altin era ese noble que cada noche, recostado en su cama, con la única compañía de su amiga la luna, lloraba desconsolado por un amor que pensaba jamás llegaría.

  "Cuenta la historia de un caballero que en un bosque encantado lloró, porque a pesar de su esfuerzo no había podido encontrar el amor."  

Yuratchka en cambio se llamaba el hada de hielo que en su fuerte carácter se escondía.

El azabache siempre ese bosque encantado recorría, en busca de una damisela en apuros que sin dudar ayudaría.

Pero ... ese día fue diferente, claro que lo era, pues nunca pensó que su mirada con aquello se toparía.

Cabello rubio, ojos color verde agua, rasgos delicados, cuerpo fino, mirada perdida. 

<Hermoso>

Y un sentimiento que jamás pensó que llegaría, era el que surgía. 

"Fue una tarde que el caballero paseando en el bosque la vista cruzó ... con la más dulce mirada que en toda su vida jamás conoció." 

El joven se acercó a paso lento a ese bello ser, tragando saliva, sin creerse lo que veía.

Por otro lado, Yuri dirigió su mirada al recién llegado, poniéndose de inmediato a la defensiva. 

  — ... ¿Quién eres? — Y aún con ese ceño fruncido, Otabek pensaba que estaba frente a la más linda e indefensa criatura.

— ... Soy Otabek, el caballero de este bosque, y he venido a salvarte — Extendió su mano frente al joven que le miraba completamente confundido.

— ... ¿Já?, ¿Salvarme?, ¿De qué? — Decir que estaba confundido sería poco para ese ser que miraba al de armadura enfadado. 

— De tu soledad — Respondió, con una seriedad que parecía derretir la capa sobre el helado corazón de esa Hada.

— .... Tsk — ¿Qué clase de propuesta era esa?, ¿Y por qué era que se ponía tan nervioso?, ¡Tan sólo era un humano más!, no debía porqué preocuparse.

— Y a la vez quiero que tú me salves a mí de mi soledad — Completó el chico, sorprendiendo al rubio que ahora más que confundido, estaba conmovido.

Conmovido por su sinceridad, conmovido por su presencia, conmovido por su ideal de "salvar". 

— ... Como sea — Respondió desviando su mirada, mientras estrechaba la mano que el otro le ofrecía.

"Fue en ese mismo momento en que el Hada y el Caballero quisieron estar, sólo los dos en el bosque amándose siempre y en todo lugar" 

Un mes entonces había pasado desde su encuentro.

Y todos los días el caballero iba a ver a su querido Yuratchka al mismo punto del bosque encantado.

Ellos habían dejado de lado ese horrible sentimiento de vació en su corazón de lado.

Para abrir paso a esas emociones que siempre habían anhelado. 

...

Pero no todo era rosas dentro de aquel lejano lugar.

Claro que no, pues ahí aunque se quisiera tranquilo  no podía estar.

Jean Jacques Leroy era el rey del pueblo más cercano, y a este le había llegado el rumor del amor entre aquellos jóvenes, amor que siempre había querido para él, pero que no lo obtuvo, no por su personalidad, o el hecho de que se auto-idolatraba, sino porque a la joven que le había otorgado su corazón, esta lo destruyo como si de un juego se hubiese tratado.

Cegado por los celos y envidia, el rey reclamó a sus guardias, al pueblo entero de hecho, que acabaron con ese puro sentimiento que Hada y caballero habían luego de mucho, encontrado. 

"Y el mal que siempre existió, no soportó, ver tanta felicidad entre dos seres ..." 

En poco tiempo "ellos" habían descubierto aquel lugar donde la feliz pareja solía juntarse a charlar.

Jean dio la orden, y no pasó ni siquiera un minuto, cuando Otabek y Yuri habían sido rodeados por los guardias reales, los cuales portaban consigo tanto arco como flecha.

El rubio se tensó, ¿Por qué estaba pasando aquello?

Por otro lado, el azabache frunció el ceño, mirando al causante de todo ello.

  — Ah, ¡La dulce pareja feliz de la dama y su fiel caballero! — Rió el rey de su propio mundo, sonriendo con arrogancia.

— ¿Qué es lo que deseas, Leroy? — Contestó con una calma digna de un campeón,  mientras se ponía frente a Yuratchka, no dejaría que le dañaran.

— ... Nada, nada, ¡Simplemente vine a darles mi obsequio a su lindo amor! — Y esa sonrisa se borró, dando paso al odio que tanto albergaba en su corazón — ... Como detesto esa estupidez.

Con tan sólo una seña, los guardias comenzaron a lanzar flechas hacia el azabache, el cual cerró los ojos, esperando un impactó que jamás llegó.

Abrió sus ojos, confundido por la situación ... confundido hasta que vio delante de él ese cabello rubio que ahora se encontraba bañado por gotas carmesí.

De pronto los ojos de Otabek se llenaron de lágrimas, al ver el cuerpo de su amado desplomarse contra el suelo.

"y con su odio atacó, hasta que el hada cayó, en ese sueño fatal, de no existir". 

— ¡NO! — Gritó dejándose caer rápidamente a un lado de Yuri, abrazando a este, aferrándose a los últimos momentos de vida de este.

— No era lo que planeaba ... pero bueno, ¡Ese es el JJ style! — Rió arrogante, mirando al abatido joven que no hacía más que tener ese mínima esperanza de que todo aquello fuera un cruel sueño. 

— ... ¿¡Por qué no acabas también conmigo, desgraciado!? ... ya me lo quitaste, no tengo nada más que perder — Gritó aquello, el caballero de corazón destrozado. 

— ... Hm, no me apetece ...— Simplemente eso contestó mientras daba media vuelta — Espero que con esto aprendas que no existen finalices felices, Altin. 

... 

¿Cuántos días habían pasado?

Ya ni siquiera él lo sabía, pues aún seguí recorriendo el lugar, con aquel cuerpo sobre su espalda, vagando por el bosque, con ese inmundo pensamiento de que la forma de traer a su amado devuelta podría hallar. 

"Y no paró desde entonces buscando la forma de recuperar a la bella hada que en medio del bosque por fin pudo amar"

La leyenda del Hada y el Caballero [Two-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora