Su otro yo

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Iniciando el año 2017 me ascendieron de puesto, parte del trabajo se trataba de realizar un viaje fuera del país, mi vuelo salió directo en punto de las 5 de la mañana hacia las Vegas, dicha diligencia consistía en proveer información para una institución  mexicana con residencia en Las vegas, las labores duraron alrededor de cuatro días.                                                                                                                                                                 

Por la mañana salí a desayunar a una cafetería de nombre Sambalatte, cabe mencionar que el café que se sirve ahí es muy delicioso!, me quede leyendo el periódico de la región para conocer un poco mas sobre el lugar en donde me encontraba.

Acudí a la caja de la cafetería para pagar la cuenta, pero vaya sorpresa que me lleve!, había olvidado la tarjeta de crédito en la habitación del hotel  ( que torpeza la mía).

Detrás de mi se encontraba un chico muy apuesto que, al parecer se dio cuenta del problema en el que me encontraba y a pesar de que la señorita que me atendía  me habia concedido la oportunidad de esperar a que volviera a pagar mas tarde, el muchacho amablemente se ofreció a cubrir dicho gasto.

Así nos conocimos......

Su nombre es Gerard, un residente de las Las Vegas Nevada, alto, de piel blanca y cabello oscuro y vaya que una sonrisa preciosa.

Puedo asegurar que no encuentro quizá las palabras exactas para describirlo, simplemente vi en el cualidades  que  ya hace mucho tiempo atrás no había podido ver en ningún otro chico, ya que mi amor platonico por Erick no me lo permitía, ups!.

El resto de la semana me la pasé muy bien en su compañía, por las tardes luego del trabajo me llevo a conocer lugares extraordinarios. Cuando volví a México la comunicación jamas se perdió, al contrario todo marchaba tan bien, Gerard decidió visitarme y me pidió que fuera su novia, por su puesto que acepte con gran emoción!, Pero la distancia no podría impedir dicha felicidad, la mejor noticia fue que por medio del trabajo debía viajar constantemente a Las Vegas y no dejaríamos de vernos, los días que yo no ni viajaba, Gerard venía a México y todo era fantástico, yo realmente quería a ese chico.

Sus ojos brillantes, su rostro y los destellos de aquellas pecas en las que me pierdo mientras acariciaba su rostro, su complexión tan perfecta para encajar en ella.

Poco a poco el fue formando parte de mi familia, y ya era hora de que el también me incluyera en la suya.

SI TU TE ATREVESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora