Capitulo 7: "Un nuevo Comienzo"

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Cuando conocí a Baekhyun y Marina, me sentí a salvo. Caminaba sin rumbo ni ánimos cuando un grupo de pálidos (nombre que le pusimos a los humanos raros, con Baek y Merna) me acorralo en cuestión de segundos, Fue en el momento en el cual creí que todo estaba perdido cuando Marina comenzó a dispararle a esas cosas.

Ella tenía carácter fuerte, una actitud de líder, era delgada, con cabello corto y de un color negro muy oscuro, sus ojos grandes y marrones eran muy inexpresivos, tenía un humor negro muy particular. Provenía de una familia adinerada, pero en este nuevo mundo el dinero no servía como antes. Marina o Merna como le gustaba que la llamen abandono su hogar en el momento que todo comenzó, "nunca fue mi hogar "dijo ella una vez.

Baekhyun por otra parte era mucho más calmado, pensaba cada movimiento detenidamente y tenía grandes ideas a menudo. Su cabello también era muy negro incluso más que el de marina, sus ojos eran de un marrón mucho más claro, su piel era demasiado blanca y era extremadamente delgado. Era de Corea Del Sur, su familia escapo de allí para probar suerte en nuestro país. Cuando todo comenzó él no estaba en casa, cuando fue a buscarlos ellos no estaban más allí, era muy positivo decía que los encontraría algún día

Baek es el sobre nombre que Merna le puso a Baekhyun. Ella quería llamarme Mugroso pero Baekhyun dijo que Bohoja era más apropiado a mi perfil ya que significa guardián en coreano.

Conducíamos una camioneta Ford F-150 roja que Marina tomo del estacionamiento de un supermercado, nuestra meta era conducir hasta el mar ya que Baek no lo conocía y Merna le prometió que se lo mostraría. Ella decía "no hay nada más tranquilo que el sonido de las olas, el sol tocando tu piel, la arena entre tus pantalones y un buen porro en tu boca". Baek agregaba que el solo pretendía ver y nadar en el mar, pero Merna insistía en que la cerveza bien fría se disfrutaba mucho mejor bajo una palmera.

Agradecía cada día que pasaba con ellos, agradecía que me hayan encontrado, no sé qué hubiese pasado si ellos no hubiesen llegado en el momento exacto. No tenía ánimos para huir de esa horda, en cierta manera me merecía un castigo, una forma de pagar mi error, soy un asesino.

Mi mente atormentada no podía pensar con claridad. Fue la peor decisión que tome en mi vida.


El pequeño gritaba, lloraba, gemía de dolor. Pero yo estaba muy concentrado en escapar y salvar mi propia cola como para recordar que el niño se encontraba atrapado en su corralito en la habitación de arriba.

Cuando recordé, cuando regrese era demasiado tarde. Un grupo de pálidos estaba devorando lo poco que quedaba del joven. Sus bocas llenas de pedazos de carne, sangre y todo tipo de órganos pertenecientes al joven niño.

Literalmente no había rastro de él, era como si nunca hubiese existido, mis ojos explotaron en llanto y mi corazón latía con tanta fuerza, tenía tanta rabia en mi interior.

No podía dejar de imaginarme a los pálidos entrando a la habitación y tomando al niño entre sus manos tirando de un lado hacia el otro hasta partirlo al medio dejando caer su sangres y su aún caliente corazón joven sobre la colchoneta lila y sus cubos de colores, apartando de lado su osito TEDY y su piano musical para poder depositar su pequeño cuerpo inmóvil sin vida, que disfrutarían devorando como los salvajes que son.

Calmando los llantos del pequeño con muerte, mientras yo escapaba y me ocultaba como un egoísta culpable.

Los papeles estaban invertidos.

Yo era el monstruo. Todo era culpa mía. Y fui quien despertó esas cosas. Y también fui quien los trajo aquí.

YA MATE AL BEBE!

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