El sol y la luna

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Hace muchos, muchos años atrás vivían unos jóvenes llamados Luna y Sol, ambos se amaban con una pasión enorme, Luna no imaginaba su vida sin él, mientras que él pensaba en pedirle matrimonio. Cierto día llego la pequeña y coqueta Mercurio, este planeta, que era mujer, al ver a Sol se enamoró perdidamente.

—Luna, te amo con todo mi amor y mi corazón no puede soportar lo nuestro —le dijo Sol, mientras estaban ambos contemplando el cielo estrellado, con las estrellas solas, sin nadie que las acompañara.

—¿De qué hablas amor? ¿Acaso no me amas? —le inquirió ella, con una ceja blanca levantada

—¡Que estupidez dices! Si yo te amo más que a mí mismo —le respondió Sol, mientras besaba con delicadeza los labios de su amada.

Luna, con sus ojos grises llenos de misterio, miraba con amor esos ojos rojos que la enloquecían, ese pelo amarillo y esos labios que tanto amaba. Dios, ese hombre la traía loca.

—¿Entonces qué es lo que no soportas amor mío? —le dijo ella mientras se resistía a volver a besarlo

—Luna, amor de mi vida, ¿Quieres casarte conmigo? —dijo el, mientras se arrodillaba ante ella

Los ojos grises de Luna brillaban, llenos de lágrimas de emoción, mientras lo abrazaba y le decía que, si quería casarse con él, su pelo blanco ondeaba al viento, pareciera que el mundo se detuvo mientras ambos se besaban.

Meses después llegó el día de la boda, Luna estaba que explotaba de los nervios, ella deseaba casarse con aquel hombre, no lo había visto en un mes, pues él tuvo que salir de viaje a París, él le contó que tenía una amiga que invitaría a la boda, el nombre de su amiga era Mercurio.

Luna se veía hermosa en su vestido, plateado como sus zapatos, contrastaba a la perfección con su piel pálida, sus ojos grises brillaban de la emoción.

Aquellos labios carnosos que Sol amaba estaban pintados de rojo carmín, ella usaba rímel y delineador, se veía hermosa, llevaba su cabello suelto, largo hasta su cadera.

"Ahí viene, dios santo, esta hermosa" pensaba Sol mientras la veía caminar hacia el altar, pero sus ojos lo traicionaron y miro a ella.

El cura les dio la lata hablando y hablando como por una hora, hasta que llegó el momento que Sol temía, cuando debería dar la respuesta.

—Señor Sol ¿Acepta a la señorita Luna como su esposa? —pregunto el cura

Sol trago saliva y respondió, las dos letras que dijo hicieron llorar a Luna

—No —decreto firmemente, mientras la miraba

Todos en la sala enmudecieron, pero Mercurio sonreía y lo miraba.

—¿Porque espero hasta ahora para decir que no? —inquirió el cura

—Porque me enamore de otra —decreto Sol, mientras le sonreía tiernamente a Mercurio

¡PLAF! La cachetada que le dio Luna a Sol resonó en toda la sala.

Varios años después Luna miraba a un pequeño de ojos rojos y cabellos castaños correr en el parque y se le formo un nudo en la garganta, era el hijo de Sol y Mercurio.

Años después Luna falleció, por su avanzada edad, todos vieron que murió con una cara de tristeza, ella nunca volvió a sonreír desde que la abandonaron en el altar, al día siguiente se reunieron ella Sol y Mercurio, en el cielo aparecieron tres astros nuevos, que la gente bautizo como Luna, Sol y Mercurio, el sol estaba al lado de Mercurio, mientras que la Luna seguía con su semblante triste, frente a la tierra.

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⏰ Última actualización: Dec 10, 2016 ⏰

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