Laberinto de cristal

Introducción

Es una noche de invierno, fría y tormentosa. No hay estrellas en el cielo, está muy oscuro y son altas horas de la madrugada. Pero yo sigo despierta. Estoy buscando videojuegos con el ordenador. Me encantan los videojuegos. Son mi pasión, y básicamente me paso la vida ante la pantalla.
—Zombi attack, Horror house, ice and pain... —no parecen muy buenos. Sigo buscando. Alguno nuevo tendrá que haber.
Nada.
Estoy a punto de dejarlo e irme a la cama, cuando mis ojos se centran en el último de ellos: el laberinto de cristal.
—Este tiene buena pinta...—murmuro, con una sonrisa satisfactoria. Pincho el ratón en el juego...
Se oyen unos golpes en la puerta. Oh, oh. Es mi madre.
—¡Harley, son las cinco de la mañana! ¿Aún no te has acostado?
Corro hacia la puerta, y echo el pestillo, para que no se le ocurra entrar.
—Eh..., ¡Es que no puedo dormir!
Mi madre se impacienta al otro lado de la puerta.
—¿Por qué has echado el cerrojo? ¿Qué estás haciendo esta vez?
—Nada, ya te he dicho que no puedo dormir. Así que venga, no me molestes más.
—Estás con el ordenador, ¿Verdad? —se oye un suspiro al otro lado de la puerta.
—¿Cómo lo has sabido?
—Intuición, hija. ¡Acuéstate ya!
—¡Vale, vale! Ya apago el juego.
—Buenas noches.
—Buenas noches, mamá.

Me acerco al ordenador, y, a regañadientes, pincho el ratón en la cruz roja para cerrar internet. Uy. No me deja. Lo intento varias veces más, pero nada. Ahí sigue la página. Noto como los párpados se me cierran, ¡A ver si se apaga ya el maldito ordenador y me deja dormir!
—Venga, hombre.
Le pego un golpe a la pantalla, furiosa, y sigo intentando apagarlo. El sueño se va haciendo ende cada vez más intenso...
Lo ultimo que recuerdo antes de caer dormida es un mensaje del ordenador: "Bienvenida al mundo de cristal..."