Desafío al corazón.

Justin

Impulsivo. Irrespetuoso. Provocativo. Mujeriego. Egocéntrico. Vicioso. A sí me describen. Todo lo que quiero, lo consigo. Todo lo que deseo, lo consigo. Todo lo que me propongo, lo consigo. Así soy yo. ¿Y por qué no? Con tan solo chirriar un dedo, lo tengo todo a mi alcance. Las chicas se vuelven locas por mí. Normalmente, suelo llegar tarde a las clases, pero eso no es algo que me preocupe. Tan solo tengo que coquetear un poco con alguna morena y me dará todos sus apuntes. O incluso más. 

Lo que más odio de ésta mierda de sitio, es que tengo que ponerme un jodido uniforme para poder entrar en las clases de esta estúpida universidad. Aquí las familias de casi todos los alumnos pertenecen a la alta sociedad o sus padres tienen una gran fortuna.  Normalmente, no vemos a nuestros padres en meses ya que tenemos que quedarnos a dormir aquí, en esta cárcel de mierda. Aunque bueno... Tampoco es que nos importe mucho pasar tiempo sin verles. En mi caso, es así. En este sitio todas las chicas son plásticas, estúpidas y para una noche. Pero eso no quiere decir que no estén tremendamente buenas. Porque lo están, y mucho. Pero a la larga, llegan a agobiar. Todas quieren terminar casándose conmigo y terminan agobiándome durante todo el día. Luego están las aburridas y horrendas que se la pasan estudiando en la biblioteca y leyendo libros de amor. Pero bueno, al menos tengo a mis amigos, que hacen que mi existencia en este calvario sea un poco menos aterradora.

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La historia de mi vida se basa en una total desgracia. Nunca he sido una niña consentida ni una princesita como todas sueñan ser. Mi padre me abandonó cuando  tenía 12 años. Mi padre maltrataba a mi madre y tomaba drogas. Cocaína. Mi madre siempre caía en depresiones  y ataques de ansiedad causadas por trastornos psicológicos. Recuerdo que un día, llegué a estar en un centro de rehabilitación. Soy la típica chica que nunca dice nada, que se lo guarda todo y que luego no puede evitar la típica explosión interna que sentimos todas las personas que padecemos de ésto. Siempre me las guardaba. No lloraba. No quería parecer débil. Todo lo guardaba para mí. Un día, no pude más. Y allí estaba, aquella hojilla.  Salí del centro hace un año y medio y ya estoy totalmente recuperada. Tengo 17 años y tengo todas mis cosas bien claras. Mi madre lleva 1 año con un señor, Rick. Rick Morrison. Quiero sacar mi carrera de fotografía y éste año, he decidido registrarme en una universidad colegial aquí en Atlanta. Todo el mundo se burla de mí por tener aparatos, gafas y no estar a ‘la ultima’, pero todo me la trae en grande. Quiero estudiar, quiero sacar mi carrera y quiero conseguir mi sueño de ser una gran fotógrafa. De fotografiar cada momento y coleccionarlo. Me encuentro en una buena situación económica, pero no soy de esas que se preocupan por cual brillo labial pega más con su color de piel. Me importa una mierda que se burlen de mí, ¡háganlo, adelante! Ya estoy acostumbrada. Siempre lo han hecho. Pero no todo es negativo, también hay muchas cosas positivas en mi vida. En ésta batalla he aprendido a ser mucho más fuerte.