Capitulo 1

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- Creí que no estabas vivo. - me saludó Ryan a las afueras de la universidad. Ya habíamos tenido nuestra semana de vacaciones fuera de este calvario y hoy Viernes, nos teníamos que regresar.

- ¿Por qué dices eso? - pregunté percibiendo el olor de el cigarro que él estaba fumando.

- No lo sé. - elevó los hombros con descaro, volviendo a aspirar de aquel pequeño cigarrillo. - Entre las tías y tus malas calificaciones, pensaba que no estabas vivo. - soltó una gran carcajada al terminar la frase.

Observé a lo lejos, a las escaleras de la  universidad, allí estaba Jasmine y sus amiguitas. Con sus pequeñas faldas negras.  Recordé aquella noche, cuando nos la pasamos tan, tan, tan bien ella y yo. Me ponía duro, con tal solo recordarlo. Sacudí mi pelo ahuyentando esos pensamientos. Observé a Ryan. Él también las estaba observando, aspirando de su cigarrillo y mirándolas de arriba abajo, comiéndoselas con la mirada literalmente. En un ágil movimiento propio de mí, le quité su cigarrillo y aspiré un poco, tosí y volví a aspirar. Lo tiré al suelo, aplastándolo para luego seguir caminando hacia adelante.

- ¡Imbécil! ¡Era el último!

- No es mi culpa que tus reflejos sean sumamente lentos. - carcajeé victorioso y me acerqué a Jasmine.

- Hola hermosa. - susurré en su oído mientras jugaba con un rulo que caía de su melena oscura.

- Hola Justin. - respondió con una sonrisa pícara.

- ¿Por qué no te vienes a mi habitación esta noche? - pregunté divertido mientras mordía mi labio inferior.

- ¿Nos verán? - susurró pasando su lengua esta vez por sus labios.

- En todo caso, nos escucharán. - Volví a ponerme duro.  - Haré que grites hasta mi nombre.

-¿A qué hora? – susurró divertida.

- A las diez, a las diez y media. A esa hora es cuando revisan si todos estamos en nuestras habitaciones y ahí… - observé su escote y volví a mirarla a los ojos. - Ahí, te puedes cambiar. Ella asintió y besé la comisura de sus labios.

- Adiós hermosa. - dije echándole una última mirada.

Caminé hasta donde estaba Ryan, acompañado esta vez por Chaz y Logan.

- ¿Ya tienes la noche? - preguntó Chaz carcajeando mientras estampaba su mano en mi hombro.

- La tengo. - le guiñe un ojo. - ¿Qué tal tu vida? - pregunté.

- Igual que siempre. - carcajeó. - ¿Y la tuya? - elevó una ceja.

- ¿La mía? - reí con descaro. - La mía, cada vez mejor.

-  Hey Log. - le estreché la mano a Logan.

Él era el más serio del grupo. Ryan y yo éramos muy parecidos, Chaz lo era, pero no tanto como nosotros y Logan era el ‘Lindo’ según las chicas. En ese  justo momento, un auto  había llamado nuestra atención. Estacionó al lado de mi coche, justo enfrente de donde estábamos nosotros.  Se bajó un señor alto, de muy bien ver, se acercó a la puerta de atrás y le cedió paso a un monstruo, digo… a una chica.

- Mira Logan, para ti. - carcajeé observándola. Llevaba una cola alta, aún así su pelo caía por su espalda. Unos pantalones de campana vaqueros y una chaqueta deportiva conjuntándola con unas deportivas Nike de los años 60. Sí, un monstruo literalmente.

- Igual tiene una cara bonita… - dijo Chaz mientras la observaba. Y entonces, la chica volteó, dándole un beso en la mejilla al señor que la acompañaba. Supongo que sería su padre. Miró hacia nosotros y subió los escalones para entrar en la universidad.

Desafío al corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora