—¿Estás bien?—levanté mi vista y allí se encontraba él. Se agachó y se puso a mi altura.
—Sí, creo que sí—dije aunque no estaba segura si lo estaba. Mire a mi alrededor para saber si estábamos a salvo. Tenía demasiado miedo.
—Venga vamos. Te llevare a casa—dijo extendiendo una mano para que me levantara. Pero no la acepte. Me quede en donde estaba y note como las lágrimas estaban a punto de salir. Él se agacho de nuevo y me miro directamente a los ojos. Apoyo sus cálidas manos en mis rodillas.—¿Qué ocurre?—me pregunto. Yo trague saliva y cuando le iba a contestar unos hombres le cogieron del cuello y lo levantaron para alejarlo de mi lado.
—Por fin te encontramos de nuevo—dijo aquel hombre agachándose a mi altura. Yo reuní todo lo que me quedaba de saliva y le escupí en la cara.—No deberías haber hecho eso—dijo sacando un pañuelo de su bolsillo y se limpio la cara. Después de guardarlo su puño aterrizo en mi mejilla.
—No la toques—gritó Christian. Las lágrimas empezaron a derramarse por mi mejilla y aterrizaron en el asfalto de la carretera. Levante mi vista y pude ver como aquel hombre se agachó de nuevo y levantó mi barbilla para que le mirara a los ojos.
—Tengo una oferta para ti—me dijo mientras acariciaba con su otra mano mi mejilla. Sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo.—He visto que se te da bien correr con coches—dijo. Entonces recordé que lo había visto en aquel lugar donde corrí contra Christian, pero juraría que allí no debería haber nadie, ya que era propiedad privada de la familia de Christian.—He visto como corrías contra tu "amiguito" y no lo hacías nada mal. Y quería pedirte que corrieras para mi—moví mi cabeza para que dejara de tocar mi mejilla.
—Nunca voy a correr para ti—escupí.
—Vale—se dio media vuelta e hizo una señal a uno de los hombres que sujetaba a Christian. Cuando vi que aquel hombre saco una pistola de su bolsillo, apunto a Christian en la cabeza. Mi corazón en aquel momento empezó a latir con más fuerza.—Corres para mi o él muere—dijo señalando a mi amigo. No dije nada hasta que pude ver como iba a apretar el gatillo.
—Detente—grité.—Correré para ti—dije sin pensarlo dos veces.
—Así me gusta—dijo sonriendo.—Soltar al chico—hizo una señal y ellos obedecieron y soltaron a Christian. Se agacho de nuevo y se puso a mi altura.—Espero que no me falles. Sino el chico morirá—susurro en mi oído.—Ah y una ultima cosa. Ni se te ocurra escapar a ningún lado sin mi permiso. Por que juro encontrarte y acabare con tu vida. Espero que esta noche ganes—¿esta noche?, me pregunte a mi misma en mi mente. Cuando por fin se levanto y se largo de mi lado no pude evitar mirar como se marchaba sin moverme de mi sitio.
Tu eliges, corres o mueres.
Hola, me llamo Alejandra y esta es la primera novela que escribo. Si os gusta por favor "votar". Gracias por leer.
