Feliz Cumpleaños, Amira

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Una jovencita de once años se mudó  a Córdoba, una provincia tranquila y humilde con ambientes y climas variados. Entre ellos, biomas montañosos y lluvias durante  las noches de verano entre las 20:00 pm y las 04:30 am. Por las mañanas se puede admirar un magnífico paisaje junto a un cielo despejado y un sol tan brillante que con tan solo mirarlo te deja condenado a ver una mancha negra por más de diez segundos pero, por suerte sin pasar los quince.
El pasto seguía con rocío y el clima algo pesado, pero el viento fresco y seco seguía levantando ánimo y emoción: Era el cumpleaños de Amira. Amatista y Ayano le estaban preparando una fiesta sorpresa.
Decoraciones, manjares, pastelitos, guirnaldas, globos resaltaban en aquel salón aparte que estaban preparando para aquella fiesta programada desde ya tres meses incluyendo la reserva del salón a la hora justa y momento perfecto.
Amira despertó con una enorme sonrisa de lado a lado en su rostro, haciendo que sus ojos se achicaran como un círculo partido en dos como si fuera un corto o alguna animación de anime. Sus ojos resaltaban más que su sonrisa, tenían tanto brillo, que sus ojos empezaron a lagrimear por la emoción. Bueno, tampoco hay que exagerar, era su cumpleaños y cada cual tiene su manera de reaccionar.
Amira podía imaginarse muchas versiones de como la recibirían, pero ninguna era la correcta:  no se esperaba aquella sorpresa que le estaban preparando las chicas.
Amira respondió a esa felicidad dando un salto de su cama que había quedado totalmente desarmada después de dormir. Aunque ya saben, en verano no se duerme mucho ya que las noches son cortas, no servía dormir porque se levantaban muy temprano y no podían descansar casi nada. Digamos que el cansancio vencía al sueño.

Ayano y Amatista le sugirieron que se quede en su cuarto, disimulando haberse olvidado del cumpleaños y que había varios vidrios rotos  que provenían de un frasco de galletas enormes de canela con chispas de chocolate. Le pidieron que no salga para que no pise ningún vidrio por accidente.

Después de cinco minutos de espera para que Ayano y Amatista le avisen que puede salir de la habitación, Amatista entro saltando tirándole confeti en la cara, Ayano detrás ingresando a la habitación con una bandeja con el desayuno, en la misma incluía: Café con leche, galletitas, medialunas, dos platos pequeños, (uno cubría el café con leche para que no se enfríe y el otro dónde apoyaba las medialunas) un vaso con agua por si se levantaba con la garganta seca, servilletas, y por ultimo un cupcake con glaseado de chocolate con colorante rosa y confites.
Amira respondió al obsequio  tapándose la cara de emoción.

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⏰ Última actualización: Dec 11, 2016 ⏰

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