- Uy, bueno, pues él es mi hermano – le sonrió Waliyha.
- Pues anda, corre, que se ve que trae prisa.
- Claro – rió Waliyha – después hablamos.
- Claro – repitió Grace – nos vemos mañana.
Waliyha corrió hacia la camioneta de su hermano y se subió rápidamente.
- Hola Zayn – besó su mejilla.
- Hola – él le contestó.
- ¿Y Perrie?
- Se quedó en casa – le contestó.
- ¿No íbamos a salir o algo así?
- Ya sé a lo que quieres llegar – Zayn rió, mirando aún la carretera – sí, saldremos o saldrán ustedes, yo solo voy como extra. Pero primero iremos a casa a comer, Perrie hará la comida.
- Uy – exclamó Waliyha - ¿podemos pasar a comprar una hamburguesa antes?
Zayn rió a carcajadas.
- ¿Eso quieres? – Waliyha asintió tímidamente.
- Amo a Perrie casi como tú, pero digamos que la cocina... no es lo suyo.
- Definitivamente, pero hace el esfuerzo.
- Si – ella se apresuró a decir – lo que importa es la atención, bla bla, pero... realmente tengo hambre – miró suplicante a su hermano, al cual le fue imposible negarlo algo.
- ¿En dónde siempre?
- La pregunta ofende.
Zayn giró un par de cuadras adelante y se dirigió a su hamburguesería preferida. En donde nadie iba a comer con él más que con Waliyha. Era como un lugar secreto para ambos. Y lo mejor, es que nadie sabría donde se habían ido a comer.
-:-:-
Grace, por su parte, estaba esperando que el chofer llegara por ella.
Mientras las amigas de Waliyha estaban acechando, esperando que ella tirara sus libros, su bolso se rompiera o algo por el estilo. Pero no, Grace tenía todo bien asegurado y seamos honestos... un bolso como esos no se rompe tan fácilmente.
Pero, al parecer, las amigas de Waliyha fueron acechadas y devoradas. O al menos eso sería si vivieran en una jungla. Sus bocas cayeron totalmente al suelo cuando vieron que un auto demasiado alargado, conocido como limosina, llegó para recoger a Grace.
- No. Puede. Ser.
Pronunciaron todas al mismo tiempo.
Bueno, al parecer Grace poco a poco iba dejando su marca en aquel colegio. Punto para Grace.
-:-:-
- Tranquila Waliyha, tienes que dejar estómago para casa.
- Tienes razón... - hizo una mueca – pero es que esto es delicioso.
- Oh, sí que lo es, pero lo que preparará Perrie, aún más.
- El amor te pega duro hermanito.
- Anda – se levantó de aquella mesa – vámonos.
- Ok, ok.
Se subieron al auto, y se dirigieron de nuevo a casa del moreno.
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La chica que rompió Zerrie.
Fanfiction❝Podrías gustarle a cualquier hombre ❞ ❝Conozco uno al que no.❞