Aquella estrella

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CAPITULO 1: El avistamiento.



De nuevo había salido el a merced del manto negro, la noche era más helada que las anteriores pues poco a poco el invierno se asomaba a la esquina, pero ya era costumbre suya el ponerse a ver las incontables estrellas del cielo. Protegido en un abrigo se dispuso a ver como siempre cada estrella detenidamente, las constelaciones ya las conocía todas, los planetas que en casos raros y momentáneos tenía la oportunidad de ver ya le aburrían, pero aun así su gusto por los cuerpos en el espacio no cesaba aunque fuera todo muy tranquilo.

Al cabo de una hora cambió de dirección su telescopio apuntando al bosque de la ciudad, un enorme terreno cuadrado de kilómetros y kilómetros de distancia situado a las afueras, prácticamente para llegar a la ciudad por el lado sur tenías que cruzar la senda por dentro de dicho bosque. Allí, por distintas razones, veían más estrellas que al observar por sobre la ciudad.


Pasadas 4 horas de la noche y, habiéndose bebido 3 tazas del café más fuerte que tenía en la despensa, logró combatir con eficacia el sueño... Comenzó a sentir, luego de tanto mirar al espacio con detenimiento a cada cuerpo celestial que hiciera presencia, algo que lo llamaba desde lo más oscuro en todo el universo. Para él era un sentimiento extraño y triste, sentía como si aquello que lo llamaba estuviera allí afuera, tan solo como el en la tierra.
Como era de esperarse ya que pocas eran las veces que despegaba el ojo de la mira del telescopio pudo observar algo que a él le fascinaba, en su mente las imaginaba como viajeros espaciales, carreras que estrellas hacían por el universo y hasta imaginaba que era la persona a quien el más había amado... En fin, se trataba ni más ni menos que de una estrella fugaz, pero, había algo raro. Por lo general las estrellas fugaces solo las ves por 1 segundo pero esta viajaba lento, cosa que le hizo poner mueca de confusión y al seguir observándola pudo verla caer súbitamente en el bosque.
¿Acaba de caer una estrella?
¿Habré visto mal y era asteroide?
¿Será peligroso ir a ver?

Preguntas y preguntas inundaban su mente pero la última en concreto apenas si la pensó, pues con linterna en mano salió de su casa como si de un rayo se tratase , dispuesto a averiguar donde cayó esa cosa del cielo y qué era en realidad. Para ir y seguir por instinto aquella cosa que lo llamaba.


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