Cap. 7

185 16 2
                                    

Pov Narradora.


Después de que se fuera Kamamoto del lugar. Saruhiko miró a Misaki produciendo escalofríos a este apartando la mirada.

-Mírame Misaki.

Misaki sin saber qué hacer, sigue sin mirarlo. Esta acción hace que el peliazul se impaciente y levante un poco la voz, ni tanto ni mucho, no quería asustar de nuevo al ojiámbar.

-MIsaki. Por favor mírame *le agarra la mano* ¿No me vas a mirar?

-[Dios...su voz] Saru, por favor déjame *intenta soltarse* Yo aún no te perdono....A-aunque Kamamoto se haya ido diciendo todas esas cosas...e-eso no quiere decir que todo esta perdonado.

-Misaki, sigues sin mirarme a los ojos. Vamos, dímelo mirándome.

-*levanta la vista* Y-yo a-aún no te p-perdono...A-asique s-sueltame...

-*risilla* Misaki *lo abraza* te extrañe...No sabes cuánto te extrañe.

-¡O-oye!¡Estúpido mono, suéltame!

-Te amo, Misaki. Te amo, te amo, te amo, te amo.

-*avergonzado* S-saru, o-ye. ¿Saru?

-*lo abraza más fuerte* Por favor no te vuelvas a alejar de mi lado...no sabría que hacer si eso vuelve a pasar.

-*lo abraza* E-está bien...

-*lo suelta* ¿Lo prometes? ¿Lo juras?

-Maldito mono...¿Acaso me estás escuchando? Yo aún no dije que te perdo-

-*lo besa* Si, si. Ya entendí.

-I-idiota. *le sonríe*

Después de 4 meses...

En el altar de una iglesia se encontraba un ojiazul muy nervioso dando vueltas por todos lados.

-Oye, Fushimi ya cálmate. Me estas poniendo nerviosa.

-Teniente....

-Seri. Mi nombre es Seri ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo?

-Tsk...

-Fushimi...todo va a salir bien. Esperaron mucho este momento ¿Verdad? Ustedes van a ser muy felices.

-*suspiro* Muchas gracias.

///////En otro lugar////////

-Misaki, ya cálmate. Por última vez, no te van a dejar plantado.

-Es inevitable...después de todo lo que paso...aún no me creo que esto esté pasando...*se deprime* Siento que en cualquier momento voy a despertar en la casa de mis padres, sin Saruhiko a mi lado.

-Misaki, esta es tu boda. Fushimi te ama y de seguro preferiría estar muerto a dejarte plantado en el altar.

-Tienes razón Anna me tengo que tranquilizar *respira hondo*

-Ya es hora.

-Si, gracias *le sonríe*

-*le devuelve la sonrisa*No hay de que.

///////En la iglesia////////

-Ya Fushimi-kun tranquilízate el joven Yata no te va a dejar plantado.

-Munakata-san ¿Podría callarse? Nunca mencione algo así.

-Entonces ¿De qué te preocupas?

-...De que Misaki se arrepienta de venir y casarse conmigo....y...

-Ya llegó el novio.

-¿E-eh?

-¿Ves? No te dejó plantado, él vino...Felicidades, se ve hermoso.

-Tsk.....

Al decir esto Saruhiko sonríe levemente hacia su capitán, para luego mirar hacia delante donde venía entrando su amada flor con un traje blanco haciendo que se viera muy bien.

Saruhiko veía embobado como el ojiámbar caminaba hacia el altar donde él se encontraba enamorándose cada vez más con cada paso que daba. Se veía tan radiante, tan feliz...con ese brillo que tanto le gustaba ver. Definitivamente Misaki era su razón de ser, desde que lo salvo de la oscuridad cuando eran compañeros de secundaria, hasta este momento y de seguro todo el futuro que les depararían también lo iba a ser.

Tuvieron muchos momentos tanto felices como tristes, los cuales superaron y avanzaron; y que también lo harán si se llega a presentar una situación parecida en un futuro, la superarían con paciencia y con mucho amor.

Misaki tampoco se quedaba atrás, cada vez que veía como se iba acercando con cada paso que el mismo daba se iba enamorando cada vez más, olvidándose de todas las dudas que tenía en un principio, caminando con pasos seguros y precisos. Ese momento era el más feliz de toda su vida, por fin su vida estaba completa.

El ojiámbar llego por fin al altar donde el ojiazul lo miraba con tanto amor que nunca se lo podría habérselo imaginado así. El peliazul tomo la mano de su amada bella flor notando que ambos estaban temblando de felicidad con ese tan esperado día.

El sacerdote por fin los había casado, ya eran esposos y compañeros de toda la vida. Saruhiko aprovechó ese momento para darle un beso cargado de sentimientos que al finalizarlo le susurro en estos unas simples palabras que habían hecho llorar al menor de felicidad. Eran unas simples palabras, pero que para ellos significaban mucho.

-Te amo, mi bella flor.

-Te amo, mi mono.

Fin

"Te amo, Misaki" ~Sarumi~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora