Tres días habían pasado desde lo de Jeju, JeongHan dormía en la misma habitación que su hermana, habían cambiado el espejo desde entonces, ya no quedaban marcas del incidente, excepto en su muñeca... Tragó saliva y le acarició el cabello a su hermana que dormía, era de noche. La casa había sido reforzada para evitar cualquier escape, además, siempre se quedaba como mínimo uno de ellos, empezó a sentir angustia en la boca del estómago sólo de imaginar cuántos días seguirían allí, intuía que muchos. Tampoco pudo dormir esa noche.
Por la mañana fue el primero en levantarse, estaba preparándole el desayuno a su hermana cuando de pronto empezó a sentirse observado, al darse la vuelta vio a Dino apoyado en el marco de la puerta, aún tenía magulladuras en la cara... Suspiró mientras le dio la espalda y siguió cocinando, no pudo evitar sentirse mal de nuevo, ¿por qué? Era un secuestrador y un delincuente.
- Lo siento- era tonto.
- ¿Qué?
- Por mi culpa... Tu cara... Me escapé en el hospital bajo tu custodia y... Mírate ahora.
- No te preocupes - dijo Dino acercándose y dándole un pequeño abrazo desde la espalda - No deberías disculparte por estas cosas...
- ¿Quién te lo hizo?
- Nadie.
- ¡Por favor, Dino! - se dio la vuelta indignado, nadie le creía eso. Se lo encontró de bruces al girarse, a menos de 50 centímetros, inclinó disimuladamente su cuerpo hacia atrás -Dime la verdad, me lo debes.
- ¿Te lo debo? - se le escapó la risa, el pelilargo arqueó una ceja.
- Mira dónde estoy, me estoy preocupando por mi secuestrador. Creo que es lo mínimo - el rostro de Dino cambió completamente.
- Es mejor que no preguntes - después de decir eso se fue.
Si Dino pensaba que era tonto, estaba completamente equivocado, sabía perfectamente quién había sido, eso no iba a quedar así. Acabó de preparar las cosas y subió a su habitación, SunHee ya estaba despierta, había alguien más en la habitación, esa voz... era Vernon, parecía que estaban jugando y, efectivamente, comprobó al entrar que así era. Le invitaron a participar pero no quiso, se sentó en la cama a observarlos, qué fácilmente le había cogido su hermana cariño a ese chico, ¿cómo podía ser tan dulce y, a la vez, un peligroso mafioso? Al menos no estaba siendo una tortura para SunHee... Cortó su juego para que desayunara. Después de rechistar un rato se lo acabó y quiso seguir, pero Vernon bajó, habían reclamado su presencia.
Al cabo de dos horas Joshua llamó a la puerta, JeongHan interrumpió la lectura que estaba haciendo para su hermana.
- JeongHan, sal un momento - obedeció.
- Qué.
- Aquí no quiero decírtelo... - miró a SunHee.
Al salir de la habitación y cerrar la puerta se apoyó en la pared con expresión seria esperando una noticia que, seguramente, no le iba a gustar nada. Joshua intentó cogerle ambas manos, pero él las retiró.
- Qué pasa.
- No te pongas así, hombre.
- En mi casa y libre estaría de mejor humor.
- JeongHan... No...
- Entonces no te quejes - empezó a tener los ojos llorosos, Joshua intentó secárselos pero no se dejó - Bueno, ve al grano.
- Esta noche va a ser algo... extraña.
- No te sigo.
- Tendrás que ponerte esto - le entregó una bolsa, JeongHan inspeccionó el contenido, era un traje de gala color blanco, junto a unos elegantes zapatos negros y por si acaso, maquillaje.