una tarde un viejo granjero bajó hacia su estanque para echarle un vistazo, ya que había pasado tiempo desde la última vez que estuvo ahi. Llevó consigo una cubeta para recoger algo de fruta.
Mientras se acercaba al estanque, escuchó voces gritando y riendo con alegría. Al irse acercando vio que eran un grupo de jóvenes mujeres esbeltas nadando en su estanque. hizo que las chicas se dieran cuenta de su presencia y ellas se alejaron de él.
Una de ellas le gritó
-¡no saldremos hasta que se vaya!.
El viejo replicó
-no vine aquí para verlas nadar señoritas, o hacerlas salir desnudas del estanque.
Y levantando la cubeta dijo,
Estoy aquí para alimentar al cocodrilo.
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