Vivía en una pequeña ciudad universitaria y mi complejo de departamentos estaba a unas cuantas cuadras de los bares y del centro e la ciudad. Una noche de semana, salí al porche a fumar uno o dos cigarrillos (me había quedado estudiandohasta tarde). Agarré un libro y me senté en las escaleras mientras fumaba. Una chica con la que no tenía relación, pero que vivía en un departamento en la planta baja, venía de la ciudad. Ella estaba sola y te dabas cuenta por cómo caminaba, que había estado bebiendo. Se metió a su departamento y apenas terminó de cerrar la puerta, un hombre, que salió de la nada, golpeo. Ella abrió y note que él se presentó, lo que era raro ya que eran las 2:30am.¿Quién va al departamento de una chica que no conoce a esa hora? Decidí quedarme afuera y prestar atención. Hablaron por más de diez minutos. Ella al rato se dio cuenta de lo raro de la situación, pero no sabia como terminar la conversación. El hacia las cosas más extrañas posibles: como tocarle/acariciarle el pelo tres veces, y tratar de acercarse lo más posible a ella y la puerta.
Tome la decisión de leer en voz alta para que sepa que yo estaba ahí, y así como apareció, desapareció. Llamamos a la Policía y días después me sentaron a mi y a la chica con un dibujante. Tan pronto como el boceto se hizo público, oleadas de llamadas entraron. El hombre resultó ser un violador serial que seguía a las chicas solitarias desde los bares ofreciéndoles llevarlas a su casa. Esta chica tuvo suerte por que vivía muy cerca de los bares; el sujeto no tuvo la chance de usar su rutina de chofer.
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