Compañeros De Clase

1. Casa

Jadeos y gemidos hacían eco por toda la casa del castaño. Ver a su amigo encima de él moviéndose tan energéticamente le excitaba en demasía, porque sabía que el azabache extrañaba el sexo tanto como él.

—P-Pedro —soltó un gemido—, acér-

Josue fue inmediatamente callado por los labios del más delgado, chocándolos y comenzando a besarle. Sentía el miembro de su amigo en su abdomen teniendo pequeños espasmos, y sin pensarlo lo comenzó a masturbar rápidamente.

El azabache gemía en la boca de Josue, y sin esperar mucho, metió su lengua lo más que pudo para explorarle.

—Te extrañé Josue —dijo entre movimientos, prosiguiendo a morderlo en la piel cerca de su hombro.

—Y yo a ti Pedro —contestó el mayor, volteándolos a ambos en la cama quedando encima del menor.

Comenzó a moverse frenéticamente, metiendo su miembro con mucho entusiasmo, ya sentía cerca el orgasmo. Hizo lo mismo con el miembro del menor, frotándolo a la misma velocidad en la que realizaba sus estocadas.

—J-Josue... V-voy a- Más r-rápid-
Pedro llegaba a su límite tanto como Josue.

El primero en correrse fue Josue, el cual mientras mantenía el orgasmo masturbaba el miembro de Pedro para que el segundo se corriera en entre sus abdómenes.

Al ver que su amigo terminó sonrió y cayó boca abajo a un lado de él, descansando un rato antes de quitarse el condón y optar por bañarse o sólo cambiarse.

Estuvo un rato sumido en sus pensamientos, hasta que sintió a Pedro moverse.

—Josue —su compañero giró hacia él, captando su atención—, ya me viene tocando a mí, eh.

El castaño se giró y comenzó a besarle, acercando sus cuerpos y haciendo que sus miembros rozaran, calentando de nuevo el momento.

—Hoy estamos solos, ¿No? —dijo volteando hacia la puerta de la habitación—. Podemos hacerlo cómo tú quieras.

Pedro volteó y tomó la caja de condones, haciendo uso del segundo en el día.