**Algunas cosas pueden variar**
Soy Leigthon Meester, tengo 19 años, actualmente estoy viviendo en Manhattan gracias a que a mi mamá la trasladaron a un trabajo acá, afortunadamente mi familia cuenta con dinero y compraron un buen apartamento, era un penthouse, abajo nuestro vivía un joven y su mejor amigo, no los conocía pero me habían advertido sobre las buenas fiestas que hacen.
-Lei, voy a salir por flores. -Grito mamá.
-Bien, yo saldré a conocer el vecindario. -Respondí.
-Bien, con cuidado.
-Si mamá. -Dije entrando a mi cuarto sacando mis botas de la caja.
Al terminar cogí mi celular y salí, en el elevador había un chico con el cabello color ceniza, era muy lindo.
-Señorita, ¿Nueva por acá? -Dijo con una voz seductora.
-Me mudé hace unos días. -Dije sonriente.
-¿En qué piso te quedas?
-35, ¿Y tú?
-34, vecina. -Dijo riendo.
-Así que tu eres el chico de las fiestas, me han dicho que son muy buenas.
-Mundial mente reconocido por mis fiestas, mucho gusto, Chace Crawford.
-Leigthon Meester, el placer es mío, "Rey de las fiestas" -Dije riendo.
-Gracias, gracias -Río- ¿Qué harás más tarde?
-Desempacare, supongo, ¿Por que? -Dije manteniendo las puertas del ascensor abiertas.
-Pensaba que podrías pasar a mi apartamento. -Dijo rascando su cuello.
-Claro, voy a dar una vuelta por acá, ¿Qué tal a la 1?
-Excelente, te esperamos. -¿Esperamos? ¿Tenía novia?
Camine por el vecindario y entre a una tienda de café, todas las mesas estaban ocupadas, pedí mi café y me quedé parada mirando la ventana.
-Castaña, ¿No te cansas parada? -Me llamo una rubia, a decir verdad ella me bajaba la autoestima, era hermosa.
-No hay mesas rubia. -Dije riendo.
-No me molestaría compartir la mesa con una castaña. -Dijo mostrando la silla vacia que estaba a su lado.
-No me molestaría que una rubia me comparta su mesa. -Dije riendo y sentándome.
-Cuéntame de ti castaña. -Dijo apoyando su rostro en la mano derecha.
-Bueno rubia, soy Leighton Meester, tengo 19 años, soy de Florida pero a mi mamá la trasladaron acá. -Dije sonriente- ¿Y tú?
-Blake Lively, 19 años, Manhattan es mi hogar, no mucho que decir sobre mi.
-Bueno Blake, son las 12:45, tengo que ir a conocer a mis vecinos.
-¿Enserio? ¿Quienes?
-Solo conozco a un muchacho, se llama Chace Crawford, ¿Lo conoces?
-Claro que si. -Dijo sonriente- ¿Te puedo acompañar castaña?
-Por supuesto rubia. -Dije saliendo de la cafetería.
Llegamos a el edificio y timbramos en el apartamento de Chace, de la puerta salió un muchacho demasiado atractivo, una mandíbula encantadora, una sonrisa tierna y pícara a la vez, unos ojos intimidantes y último pero no menos importante, su acento británico, me derretí tan pronto lo escuché.
-¿Blake? Que gusto.
-Westwick, buenas tardes. -Dijo Blake riendo.
-¿Quién es está señorita? -Dijo mirándome, me hizo bajar la mirada y sonrojarme, usualmente no me pasa eso, ¿Que demonios?
-Leigthon Meester, un placer. -Dije recuperando mi yo habitual.
-El placer es mío, créeme.
-Edward, controlate, no queremos que nuestra nueva vecina se espante. -Escuche a Chace decir atrás de Edward.
-La estoy conociendo Crawford. -Dijo mirándome.
-Westwick, ¿No será tu próxima conquista, verdad? -Dijo Blake.
-Lo sabremos con el tiempo Lively. -Dijo guiñando su ojo.
-Hermoso apartamento. -Dije cambiando de tema.
-Gracias, es más de Edward que mío. -Dijo Chace.
-Tienes buen gusto Edward. -Le dije sonriendo.
-Tu eres la mejor nuestra de mi buen gusto hermosa. -Dijo tomando mi cintura- Ah, y por favor, llámame Ed.
-Bien Ed. -Sonreí muy cerca de su rostro.
-¿Qué les parece si Chace y yo vamos por comida para ver una película mientras ustedes miran cuál vemos? -Dijo Blake.
-Por mi excelente. -Dijo Ed mirándome, es un hombre encantador- ¿A ti que te parece hermosa?
-Genial, los esperamos.
Ellos ya habían salido hace pocos minutos y nosotros estamos en el sofá.
-Bueno señorita Meester, Cuéntame de ti. -Dijo pasando su brazo por mis hombros y acercando su rostro.
-Señorito Westwick, tengo 19 años, soy de Florida, a mi mamá la trasladaron y ahora estoy aquí, en Manhattan. -Dije algo fascinada- ahora tu.
-Bueno hermosa, tengo 20 años, soy británico como lo notas, mis padres siguen haya, y pues, vivo con mi mejor amigo. -Dijo sonriendo- ¿En donde vives Leigh?
-Arriba tuyo. -Dije riendo. -Piso 35.
-Penthouse, nada mal.
-Para nada. -Dije acercando mi rostro al suyo.
-Me alegra tener una vecina tan linda.
-Gracias señor Westwick. -Dije acercando mi rostro y cerrando mis ojos como si lo fuera a besar, el cerro los de él, yo me paré, le despeine el cabello y me fui a la cocina.
-¡Leigthon Meester!, ¡Vuelve acá y bésame! -Dijo empezando a correr tras de mi.
Señoras y señores, acaban de empezar los juegos Meester, ¿Quién ganará?
Yo empecé a correr y me metí al baño, trate de cerrar la puerta pero el era más fuerte y la abrió, nos estábamos riendo a carcajadas, Edward me levantó en su hombro como un costal y me metió a la ducha, sabía lo que iba a hacer, lo abrace fuertemente y el al prender la ducha hizo que ambos nos mojaramos.
-¿Me regala un beso señorita Meester? -Me dijo tomando mi cintura.
-Convenceme. -Susurré.
-El baño está con llave, la tengo yo, no puedes salir. -Dijo también susurrando y tomando mi rostro en una mano.
-Recién te conozco, no te voy a besar, si está en nuestro destino hacerlo, algún día pasará, pero hoy no. -Dije dándole un beso en su mejilla y agarrando una toalla para sacarme.
-Con ese beso me conformo linda, te voy a prestar una camisa mía, toda tu ropa está mojada y también te sirve para que me recuerdes.
-Muchas gracias Ed. -Dije saliendo de la ducha, fuimos a su habitación, era grande y muy bien decorada, me presto una camisa gris y un saco negro, yo al ponérmelo quedé sorprendida con el olor de su loción, me encanta.
-Lindas piernas Meester. -Dijo guiñando su ojo en mi dirección.
-Muy amable Westwick.
-Vamos a la sala hermosa.
-Claro. -En ese momento sentí que me tomaba la mano, baje la mirada y vi nuestras manos, me gustaba como se veían, el me dio un beso en la cabeza y yo solo atiné a sonreírle, se acostó en el sofá.
-Ven acuestate. -Dijo haciendo señas para que acostara a su lado, le obedecí, puse mi cabeza en su pecho, mientras el me consentia el cabello.
-Maratón de Harry Potter, excelente. -Dije yo.
-Cada vez me gustas más Leigh. -Dijo dándome un beso en la frente.
Así pasó un rato hasta que sentimos abrir la puerta y nos paramos rápido.
-Hola chicos, veo que se la pasaron muy bien. -Dijo Blake.
-Tanto así que Leigthon ya no lleva su ropa. -Dijo Chace moviendo sus cejas.
-No sean estúpidos, no me quiso ni besar. -Dijo Edward, a lo que yo le pegue en el hombro.
-Ya dejamos algo claro Westwick.
-Si hermosa, no te preocupes. -Dijo pasando su brazo por mi hombro.
-Edward. -Empezó a hablar Chace.- Esta mujer vale la pena, no la dejes ir.
-Lo se, no lo haré. -Dijo tomando mi mano y dando un beso en ella.
-¿Que película escogieron tortolitos? -Pregunto Blake.
-La verdad nos pusimos a ver Harry Potter. -Admitió Ed.
-Amo Harry Potter. -Dijo Blake al mismo tiempo que yo.
-Entonces miremosla. -Dijo Chace, nos sentamos en el sofá, Blake estaba con Chace y yo con Edward, el tenía su brazo al rededor de mi y yo tenía mi cabeza en su hombro, así vimos de la 4ta película a la 8va, mire mi reloj, 8:30 de la noche.
-Chicos, tengo que irme. -Dije yo.
-Ya es tarde, igual yo. -Dijo Blake.
-¿Dónde dejamos mi ropa Ed?
-Se está secando en el balcón.
-Voy por ella. -Dije levantándome.
-Te acompaño. -Dijo en levantándose y tomando mi mano.
-Gracias por todo Ed. - Dije.
-Gracias a ti, llevate mi ropa.
Cuando termine de vestirme salí.
-Adiós chicos. -Me despedí.
-¿No te vas a despedir bien? -Dijo Chace, fui a donde el estába y le dí un beso en la mejilla, luego fui a donde Ed también le di un beso en la mejilla y el me dio uno en la frente.
-Ahora si, adiós. -Dijimos con Blake, no había ni cerrado la puerta cuando escuchamos a Ed decir "Es hermosa".
-Ed vale la pena Leigh. -Dijo Blake entrando al ascensor- ¿Nos vemos mañana?
-Seguro, adiós rubia. -Dije bajandome en mi piso.
-Adiós castaña.
Abrí la puerta de mi apartamento.
-Leigthon Meester, ¿Dónde demonios estabas? -Grito mi madre
-Conocí a unos amigos, son los vecinos.
-Ah, estaba asustada, me alegro que tengas amigos. -Dijo sonriendo.
-Gracias mamá.
-Ve a tu cuarto, voy a salir
-¿Quién es el afortunado? -Dije riendo.
-Leigh. -Dijo mi mamá riendo.
-Que te vaya bien ma. -Dije dándole un beso y subiendo las escaleras para ir a la habitación.
Me acosté en mi cama y recordé a Edward, fue un muy buen día, caí dormida profundamente.