One and only

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Salté a la mesada de la cocina, y puse mis pequeñas patitas sobre una bolita roja. Ésta bolita se movió hacia la derecha, luego a la izquierda, después a la derecha otra vez, y no pude atraparla ni aunque me moví lo más rápido que pude. Mi dueño me miraba con una pequeña sonrisa, la cual entendí como un gesto de amor. Una vibración llamó mi atención, la de mi dueño también. Noté que la bolita dejó de moverse una vez que mi dueño se alejó. La tomé y la mordí con ímpetu.

"−Llevaba tiempo tratando de atraparte, pequeña bolita−"

Una vez que me aburrí de ella la solté y bajé de la mesada. Me acerqué a las piernas de mi dueño y me refregué contra ellas, en un intento de conseguir comida, que fracasó miserablemente. Una cajita mágica cayó al suelo, brillando como ella sola lo sabía hacer. Mi amo corrió hacia su habitación, de ella salieron extraños ruidos hasta la madrugada.

Cuando entré lo vi. Estaba jugando otra vez a volar, la última vez se cayó.

"Yo sabía que podías volar, creí en ti y lo sigo haciendo. Bueno, me recostaré aquí a tu lado hasta que bajes. Buenas noches, humano."

VolarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora