el poema en sí

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nos tomamos tanto de las manos, hasta quedar ebrios
los ojos giraban como calesitas desbocadas
las lágrimas del cielo humedecían la ideas que volaban
como pájaros silvestres, vestidos de verde, violeta, azul profundo
olvidado lo que quedó tras el umbral que cruzamos
una corona de flores fue la ofrenda y el pasaje
el jardín de los secretos, las tropelías y los espejos espirales

las palabras unidas, los puentes tendidos
semejantes a las ciudades, íbamos construyendo
apisonando en baile desordenado el suelo teñido en carmín claro
atmósfera de cien brazos, y quinientos océanos

cuando termina el fenómeno
cuando empieza el verano
cuando ríen los bueyes
cuándo sueltan los prados

un poco de amor se desgrana, la libertad se encarna con piel y pelos, se transforma el gusano en árbol, la telaraña rebosa de agua...

el silencio se traga el silencio
la persiana cubre la fotografía
las miradas penetran en sí mismas
la lengua
encalla en el arrecife desconocido

poema espectralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora