Capítulo 2

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- Recuerdo que me dolía todo el cuerpo, estaba en un lugar muy oscuro y luego una luz, fuego, pero no sé  más.

- Llamaré a la policía - sacó un celular y me miró fijamente unos minutos-. Cuando estés mejor - terminó a decir.

Así nos conocimos, pasó todo el día interrogandome, hasta discutimos porque dijo que mis ojos son rojos, pero no lo son, son color caoba rojizo y no es lo mismo.

La mañana siguiente me sentía como nueva, me quite las vendas y los trapos sucios que llevaba puesto.

Si ella es el ente celestial haré que me lo demuestre, haré que saque sus alas, todos los ángeles lo hacen para proteger su punto vital en un enfrentamiento, si le llegará a herir y es humana sólo cortaría las fibras de la raíz dorsal de un nervio espinal. Debo hacer que confíe en mí, así podré llevarla al portal de los mundos y al sacar sus alas se abrirá el del cielo.

Los días transcurrían, al sanar mis heridas decidí hacercarme a ella desde otro punto, le dije que lamentablemente no recordaba nada de lo ocurrido aquella noche y agradecí su hospedaje. Neg me había dicho que en cuanto llegara aquí podría ir donde Blaston; un amigo suyo, allí me daría trabajo y un techo donde quedarme.

La he estado observando durante meses, está trabajando en una tienda muy peculiar y sale con un chico. Hoy iré a la tienda a comprar algo cuando falte poco para su hora libre, ella suele mirar mucho las campanillas de viento, así que investigué sobre ellas para tener algo de que conversarle y luego invitarla a comer.

- Buenos días señor Viegor, ¿va a por su correo? - llevo su brazo sobre mi hombro y le ayudo a bajar, ya está muy mayor y en ocasiones las piernas le tiemblan.

- Gracias querida Márya - dice con una voz ronca y apenas audible -. Sí, bajaré a ver si mi hermana me ha escrito, ¿hoy es tu día libre no es así? - asiento-. Marco preparará una cena especial, que quería saber si gustas cenar con nosotros.

- Por supuesto, sería un placer - recuerdo la celebración de sus 50 años juntos -. Deberían enseñarme un poco, una vez para agradecer a alguien su hospedaje le hice el desayuno luego me rogó que no entrará a la cocina - reímos. Al bajar nos despedimos y me dirigí a la tienda de Oldvary.

Al abrir la puerta sonó una campanilla, ella gira hacía mí y saluda. Me adentro a mirar la mercancía. Hay lámparas de lava, tótem, herramientas para pintar y esculpir, trajes de vestir, catanas, entre otras cosas, ¿ven porque es peculiar? Hay estantes repletos de libros, llamaron mi atención, tomé uno titulado "El Principito" y continúe mirando el lugar, al fin vi unas campanillas de viento, tomé una, es que tiene dibujada flores de cereso.

Al dirigirme a pagar no tuve que iniciar la conversación.

- Pensé que te habías ido lejos - dice mientras mira el costo de la campanilla - ¿Te gusta el principito?

- No lo he leído.

-Es uno de mis 10 libros favoritos.

- Ha de ser bueno - sonrío - ¿hasta qué hora trabajas?

- Bueno, al medio día tengo una hora libre, luego vuelvo y salgo a las 16.

- ¡Oh! - miro mi reloj 11:46 -. Falta poco, te invito a comer algo, creo que cuando me dirigía hasta aquí vi un restaurante cerca. ¿Qué dices?

- He quedado con Robert, un amigo, pero ¿qué tal mañana?

- Mañana trabajo hasta las 18.

-Pues sigo viviendo en el mismo lugar, ¿a las 20 te parece bien?

- Me parece perfecto - sonrío, pago y regreso al departamento.

Márya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora