❀ KyungSoo se ha empeñado en aprender a cocinar, pasa sus ratos libres aprendiendo y es JongIn quien tiene que probar todos sus exóticos platillos. Pero los miembros no pueden dejar que JongIn siga haciendo esas descabelladas demostraciones de amor...
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No era su fecha de aniversario, tampoco era el cumpleaños de los dos, porque después de todo solían celebrarlo en un mismo día ya que a final de cuentas solo un día separaba sus fechas de nacimiento. Y un año, claro está, pero eso no era para nada importante, al menos no para Kim JongIn.
Se había levantado demasiado temprano, y pese a ello su hyung favorito ya se había ido del departamento, eran esos días donde KyungSoo estaba siempre atareado con su agenda, cuando tenía el mínimo tiempo para dormir así que aprovechaba el viaje en la camioneta para reposar otro tanto, para que sus ojos no se hicieran pequeños y las ojeras demasiado grandes.
JongIn sabía lo agotador que podía ser el tener que cantar, ir a presentaciones, aprenderse los guiones y filmar, promocionar y firmar contrato para su siguiente película. No había más que aceptar que su hyung se estaba haciendo bastante popular en cuanto a la actuación, y su última película no hacía más que reafirmar lo que JongIn pensaba.
KyungSoo sin duda alguna tenía una prometedora carrera como actor; y es que al parecer al bajito no le bastaba con que su voz fuera tan malditamente maravillosa que cada que la escuchaba se ponía a temblar, siempre lo escudriñaba con la mirada cada que podía, en especial en los conciertos. Escuchar la primera tonada de My lady en sus labios era para él la más grande de las bendiciones.
A JongIn no le importaba si los demás se percataban de cuan enamorado estaba de ese hyung o no, él solo se dedicaba a contemplarlo cada que podía y le venía en gana. Porque KyungSoo por sí solo era especial.
Do KyungSoo se merecía el mundo y por eso él estaba ahí, parado en la cocina con las mejillas infladas y un poquito coloradas para su tono natural de piel, observando las cazuelas mientras refunfuñaba en su interior una vez más.
ㅡ Repíteme una vez más por qué es necesario que KyungSoo hyung me vea, Yeol.
El más alto rodó los ojos con cansancio y se dedicó a fulminar con la mirada al moreno antes de ponerse a explicarle por milésima vez en lo que iba de la quincena lo importante de aquella situación.
ㅡ Deberías ser un poco más respetuoso, muchacho del demonio.
JongIn se hundió de hombros con los brazos cruzados a la altura de su pecho y esperó pacientemente una respuesta por parte de ChanYeol, una que ya sabía que llegaría aunque fuera retando.
ㅡ Porque no es lo mismo que invites a cenar a KyungSoo y que ya tengas todo preparado, podría pensar que lo has comprado de pasada en algún restaurante caro. El chiste es que te vea haciéndolo. Ya sabes, si no te ve haciéndolo, no lo hiciste.
El mayor esbozó una de sus sonrisas y apuntó los pulgares al cielo mientras guiñaba un ojo, antes de concluir con su discurso ㅡ A mí me funciona con Baek.
