Cuantas veces no nos ha pasado que alguien llega con una sonrisa en el rostro, diciendo ser nuestro amigo, nuestro gran hermano perdido, que nos hace sentir especiales, que el mundo no es tan malo como suelen decir, que podemos confiar en él, en lo que hace por nosotros, que nunca nos lastimaría. ¿Cuántas veces?
Ponte a pensar pero primero deja que te cuente algo.Nacemos siendo personas inocentes, con confianza en todo el mundo, sin dañar a nadie, con muchas ilusiones y aspiraciones en nuestro futuro, sin embargo, el camino al futuro no siempre es fácil o directo, pasaremos por muchos cambios a medida que avancemos y puede que a algunos les toque la mala suerte de decir “Otra vez”. Estamos en la etapa de niños pequeños, criaturas indefensas que no hacen nada más que jugar, en este punto, nos toca la primer experiencia “El bullying”, nos damos cuenta que no todo es como creíamos, que no todos son nuestros amigos, no se puede confiar en todos, aceptamos dicho suceso, lo superamos, pero ahora somos diferentes, hemos cambiado, lo cual nos hace pensar que algunos no cambian, por el simple hecho de que no saben que pasara, si te aceptaran, si podrás cambiar, y yo te digo: Cambia si tú quieres, cambia si así debes, cambia si es lo que es mejor, por ti, no por mí, no por ellos, cambia…. Si te hace gracia, cambia mientras ves como los demás colapsan, cambia, si no es suficiente, cambia otra vez.
Ahora viene la adolescencia, una de las etapas más complicadas si no la más complicada de todas. Ahora tienes amigos nuevos, conoces personas nuevas, tienes una relación, y todo es bueno, pero no tomas en cuenta que no todos son tus amigos, no todos confían tanto como tú en ellos y tampoco debes confiar tanto como tú crees, siempre existirá alguien que venga diciendo que sean amigos, y cuando tenga tu confianza, por más palabras que te dijo y prometió, terminara por traicionarte y apuñalarte, en este punto aceptas que tu círculo de amigos no puede ser tan grande como tú crees y donde empieza el primer pensamiento sobre “Otra vez”.
La juventud, esa etapa en donde empiezas a descubrir quién eres y lo que quieres ser, igual que siempre, personas nuevas, amigos nuevos, pero ahora sabes la diferencia entre conocido y amigo, ya te has dado cuenta de que, conocidos hay muchos, pero amigos muy pocos. Okey si ya has visto todo sobre las relaciones, entonces ¿Dónde queda la otra vez? Fácil, los trabajos, tu profesión, a lo que te dedicaras de ahora en adelante y con suerte por el resto de tu vida. Tienes talento o destreza en algo específico, cuando termines tu universidad, habrá muchas ofertas, muchas personas que te ofrezcan un futuro exitoso, que te saquen a pasear para ganarse tu confianza y pienses que en verdad quieren lo mejor para ti, ya has pasado por mucho y deberías saber que eso es un truco viejo ya. Todos te estrecharan la mano, siendo amables, carismáticos, quizás hasta te inviten a comer, pero ¿Qué pasa? ¿Dónde queda el lado malo en esto? El contrato. Las palabras en el papel, ahí es cuando tienes que ser maduro, leer aunque no entiendas, y darte cuenta que, sin saberlo, abriste los ojos y viste como esa persona se quitó la máscara, y toda palabra, todo chiste, toda amabilidad, se desvaneció, y tú, mientras sostienes el bolígrafo en la mano, te preguntas “¿Dónde están las cámaras? Esto tiene que ser una broma”. Lamentablemente no, y ahora ves el mundo como en realidad es, ya que en ese pequeño contrato alcanzas a leer que básicamente dice “Te quitare todo, y yo gano todo”.
Ahora quiero que reflexiones, que te des cuenta que no todo el que te hable bonito es tu amigo, es alguien en quien debas confiar, porque cuando eres pequeño, tu círculo de amigos solo puede haber una o dos personas como máximo, cuando eres adolescente ese círculo crece hasta 3, cuando eres joven se devuelve a dos, cuando eres adulto son tres, cuando eres anciano, tu circulo crece hasta cinco, puedes tener medio millón de amigos en las redes sociales, pero tienes tu pequeño círculo que en ese no hay otro hueco, no existe forma alguna de entrar más que por tus propias decisiones. No creas que la persona que querrá que firmes su contrato te lo dirá de malas, con mala cara, con mala actitud, las personas más perversas puede llegar con la sonrisa más linda, el mejor carisma y la mejor cara. Aprende que no se puede confiar en todos.
Y te recomiendo que de vez en cuando les agradezcas a ese pequeño grupo de amigos, que les pidas perdón por tus errores, agradece de una forma tan fácil como “Gracias, simplemente gracias por estar ahí”.
De esta forma espero que en un futuro no tengas que volver a sentir esa pequeña muerte dentro de ti, esa pequeña traición o ese pequeño vacío en tu pecho, cuando las cosas no eran como tu creías, porque vendrán las mentiras, los engaños, detrás de cada si, detrás de cada no, existe una forma de apuñalarte, así que no te equivoques, no te dejes engañar, las cosas no son claras, ya te he dicho todo lo que tienes que saber, ahora te deseo la mejor de las suertes para que no tengas que volver a decir….
“Pasó Otra vez”
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Otra Vez
Short StoryNo te engañes, No te rindas, No te dejes, Las mentiras siempre están.