Tan acostumbrado estaba ya él a sus sonrisas y miradas.
Nunca se acercó pero siempre observaba y soñaba.
Soñaba y deseaba tenerla cerca, abrazarla, verla sonreír todo el día, que esa sonrisa fuera su nombre.Pero la realidad volvía a atacar, nunca de él sería tan hermoso corazón.
Sus pasos temblorosos la delataban, algo estaba mal en ella, él lo sabía y ella no lo ocultaba.
Los deseos y fantasías volvieron a él, pero esta vez, no sería un sueño más, se acercaría a ella, estaba
seguro, decidido, estaba listo.Se acercó y la miro, se topó con aquella mirada que lo había dejado tiempo sin dormir, y entonces, se convenció de que, aunque pareciera raro, estaba enamorada de ella.
Iba a decir algo pero, la chica ya se había ido, la miró alejarse, desvaneciendose entre los coches y personas.