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Esa tarde, antes de que anocheciera, tres gritos histéricos se escucharon casi por todo el pueblo.

-¡No puede ser verdad!.- gritó la rubia.- No lo creo.

-¡No creo poder soportarlo!.- quien parecía ser la amiga de la rubia, puso su mano en la frente dramáticamente.- ¡Simplemente no puedo soportarlo!

-Oh, Wonsik, ¡Dinos que no es verdad!.- la tercera chica se acercó a Wonsik para tomarse de su brazo, pero este se alejó.

-Lo es.- contestó. Tres llantos volvieron a sonar.- Muchachas... solamente me voy a casar. ¿Esto no va a cambiar sus sentimientos por mi, o si?

-¡Oh,no!.- se apresuró a decir la rubia.

-¡No!

-¡Nunca!

-Les aseguro que todavía tendremos nuestras pequeñas... citas.- guiño un ojo y les sonrió.

-¡Siempre!.- gritaron las tres al unísono.

-Bien.- asintió satisfecho. Froto sus manos y chasqueo la lengua.- Bueno... si va a haber una boda, ¡Debería avisarle primero a Jin! Quiero ver su reacción.- dio una risotada y se encaminó a casa de Jin.- Cuando el acepte tu empiezas a tocar.

-Entendido.- Seung se puso tras Wonsik.

-¡Jin! ¿Jin... hay alguien en casa?.- grita Wonsik mientras alisa su traje. Jin, quien estaba en una esquina de la casa llevando una maceta en las manos, volteó y vió a Wonsik, hizo una cara y volvió a donde estaba.- ¡Se que me viste Jin!.- Wonsik se acercó a Seokjin y se apoyó al costado de la casa. Jin suspiró largamente y se giró lentamente hacia Wonsik con una sonrisa falsa sobre su cara.

-Oh, qué...uh, bueno qué sorpresa tan... agradable.

-¿Si, verdad?.- dijo Wonsik moviendo levemente la cabeza.-  Yo estoy lleno de sorpresas.- guiñó y llevó su mano hacia el interior de su traje.- Para usted... mi querido Jin.- en su mano habia un pequeño retrato, el cual le tendió a Seokjin.

-Vaya, un retrato en miniatura...- achicó sus ojos mientras acercaba el retrato a su rostro.-... tuyo.- concluyó con una mueca no tan notable.- Wonsik, no debiste molestarte.

-Ni lo menciones.- le restó importancia.- Sabes, Jin cualquier persona moriría por estar en tu lugar ¡Hoy es el día en que tus sueños se hacen realidad!.- dijo totalmente entusiasmado, mirando con ojos brillantes a Jin. Jin frunció el ceño mientras se cruzaba de brazos.

-¿Y... que sabes de mis sueños, Wonsik?

-¡Mucho!.- gritó totalmente seguro.- Imagínate esto.- cubrió los hombros de Jin con su brazo mientras estiraba el otro e imaginaba plasmar una serie de imágenes inexistentes en el aire.- Una cabaña rústica, mi última presa de caza asándose en el fuego, y mi joven pareja masajeándo mi espalda, mientras los pequeños juegan con los perros en el suelo. ¡Tendremos seis o siete!.- concluyó chocando su puño contra su palma. 

-¿Perros?.- preguntó Jin.

-No, tontito!.- rió fuertemente.- ¡Muchachos fuertes... como yo!

-¡Me lo imagino!.- respondió con sarcasmo.

-Entonces qué Jin, ¿Será un "Sí", o un "Oh, Sí"?.- Jin lo pensó unos segundos antes de responder. Suspiró y rodó los ojos.

 -¡Yo... yo no te merezco!.- dramatizó. Wonsik, confundido preguntó.

-¿Y quién si?.- Jin caminó lenta pero audazmente hacia la puerta de entrada, con Wonsik detrás.

-Alguien... alguien mejor.- Jin tomó el pomo de la puerta y giró suavemente.- Alguien quien entre en tus estándares.

¡Esa es mi bestia! -NamJin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora