una muestra de que todo falló

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Tiempo después de la supuesta sesión que lo había liberado de su ente maligno, el joven se dio cuenta que necesitaban empleados en el hospital que alguna vez le brindó su ayuda.
-Alis, hoy llegaré tarde a casa, iré a buscar trabajo en el hospital de aquí cerca-gritó Philip desde la ducha.
-Está bien cariño, pero debes afeitarte, pareces un oso de peluche.
-Adivina quién también parece un oso de peluche-dijo entre dientes.
por un momento sintió que el tiempo se detuvo mientras estaba bajo la regadera, el silencio fue tal, que incluso podía escuchar todo el recorrido que hacían las gotas de agua desde que salían de la ducha pasando por su cuerpo, hasta cuando se perdían en la oscura escotilla del desagüe.
A su mente vinieron todos sus recuerdos de aquel fatídico incidente con ésta extraña figura, le parecía tener en toda la mente ésta extraña forma oscura que vió en aquel sueño, su corazón se aceleró sutilmente hasta que incluso llegó a quedar con dificultad para respirar.
Aquel extraño momento llego a su fin cuando nuevamente escuchó a su esposa gritar:
-Phil se te hará tarde, sal rápido de la ducha.
el grito provocó en el una atracción extrema de sus pensamientos a la realidad en que se encontraba en ese instante.
cerró la manija y el agua dejó de caer por la ducha, abrió la puerta de la regadera y estiró su blanca mano hasta donde estaba su vieja toalla azul desteñida por el paso de los años, mientras hacía esto unas gotas cayeron de sus brazos al piso, el cual estaba hecho de tableta roja. Pasó la toalla por su cara y al cerrar los ojos sintió como nuevamente esa extraña figura entraba en su mente y rápidamente la retiró, como si fuese ésta cosa quien atrajera sus peores recuerdos, después de pasarla por su cara la subió hasta su cabello y lo frotó con fuerza para retirar el agua que tenía en el mismo y notó como su cabello quedaba totalmente de puntas; siguió bajando la toalla por su pecho y su abdomen y moviendo ésta misma como un torero la mandó hacia atrás para secar su espalda y la bajó totalmente hasta su cintura para amarrarla y salir de la ducha. Apenas dió el primer paso su pie mojado tocó la tableta y no pudo tener estabilidad resbalando casi que hasta caer al piso, afortunadamente y en un rápido movimiento se logró tomar del lavamanos, aunque por un momento llegó a pensar que pudo haberlo desencajado de la pared.
-Cielos! de lo que me he salvado-dijo Philip.
-¿Pasó algo allí cariño?- preguntó curiosa Alis.
-Casi me caigo cielo, pero todo está bien no te preocupes.
-Está bien cariño, pero apresurate que vas a llegar tarde ya sólo te queda media hora.
-Está bien cielo ya salgo.
-Dónde habré dejado esa máquina de afeitar- se preguntó en voz baja Philip.
pensando en que se había tomado del lavamanos para no golpearse contra el suelo y pensó en que quizás se hubiese caído.
Se giró y recorrió todo el baño con la mirada de un lado a otro y devolviendo nuevamente a mirar, pero no encontró lo que buscaba.
Tuvo que agacharse hasta el suelo prácticamente y mirar más de cerca al mismo para encontrar si quiera rastros de su afeitadora.
-Sería imposible que quedara detrás del inodoro, eso sería inexplicable, pero para salir de dudas será mejor asegurarme de que allí no esté.
Pensó que era inexplicable porque el lavamanos estaba en frente de la puerta de la ducha y el inodoro estaba al lado de la misma puerta.
Se acercó lentamente hasta éste instrumento y miró detrás de él para asegurarse de que allí no estuviera, pero para sorpresa suya, muy pegado hacia la pared muy muy lejos de la vista estando de pié, se encontraba su máquina de afeitar con las cuchillas mirando hacia arriba.
-Qué asco, si no fuese porque tengo prisa saldría a comprar una nueva, pero no me alcanzaría el tiempo.
La levantó y la acercó al lavamanos para quitarle la suciedad que tenía a simple vista.
Abrió la llave un poco y empezó a salir una pequeña cascada de agua cristalina; en medio de ella puso la máquina y la paseaba de adelante hacia atrás como un columpio mientras un poco de tierra caía de ella, pasarían unos 30 segundos cuando volvió a recordar que se le hacía un poco tarde y se apresuró a untarse la cara con crema para afeitar.
la tomó con su brazo derecho, ya que era su brazo fuerte, y la agitó hasta sentir como el líquido que tenía adentro pasaba a un estado intermedio, una crema, puso su mano izquierda y apretó la punta de la botella saliendo por ahí mismo una espuma blanca. La llevo desde la raíz del dedo gordo hasta la mitad de su mano, pero se preguntó a sí mismo:
-¿será que con éste poco me alcanzará?
para salir de dudas y no perder más tiempo volvió a apretar la punta de la botella dejando salir un poco mas de espuma para que no tuviera que repetir éste tedioso proceso.
Con la mano derecha tomó un poco con la punta de sus dedos y los acercó a su cabello quedando paralelo a donde se encuentra la punta de su oreja y desde allí hacia abajo empezó a hacer movimientos redondos con su mano para esparcir la espuma, la cual crecía con éste movimiento, pero debido a la gran cantidad de barba que tenía fue muy poco lo que se pudo estender.
-Afortunadamente saqué un poco más- se dijo a sí mismo.
repitió estos movimientos hasta que toda su cara, desde la nariz hasta la manzana fuertemente marcada en su garganta, quedaron totalmente cubiertos por ésta espuma blanca.
-Muy bien, aquí viene lo más difícil, espero no fracasar mientras intento dejar igual mis dos patillas.
Comenzó con su patilla derecha, con la mano izquierda estiraba un poco la piel de su cara para que fuese más sencillo cortar recto, puso la máquina de afeitar a la altura del trago de su oreja y comenzó a bajar hasta el lóbulo de la misma llevándose por delante bello facial y crema, que rápidamente llenaron la máquina y debió remojar para quitar y nuevamente seguir afeitando su cara.
le tomó varios minutos terminar de afeitarse, pero cuando faltaba una última pasada de la máquina para quitar pequeños bellos sintió un pequeño ardor en su cuello y cuando se tocó con el dedo corazón de su mano derecha, la cual aún sostenía la máquina de afeitar, notó que tenía una gota de sangre. Abrió la llave para limpiar su dedo pero al bajar la mirada hacia el lavamanos una gota con un rojo más fuerte que la sangre normal cayó en los límites de la porcelana que daba al desagüe. De forma extraña sintió como se le helaba la sangre y subió la mirada hacia el espejo para ver que tan grande era su herida pero no pudo ver su reflejo, el espejo estaba totalmente empañado y ni siquiera se podía distinguir una silueta.
Se sintió extraño, sentía como si el aire de aquel pequeño baño se acabara poco a poco y por un momento sintió incluso que las paredes empezaba a presionarlo, su respiración de agitó y empezó a sudar, cada vez se le hacía más difícil respirar e incluso estaba sintiendo mareo por aquella dificultad y en el fondo de su mente escuchó una voz que dijo:
-Muy pronto me tendrás nuevamente.
Al sentir que aquella voz que no era extraña a sus oídos dió un gran grito de negación y todo empezó a volver a la lentamente a la normalidad.
Segundos después de aquel grito su esposa abrió con fuerza la puerta y lo vió descargado en el lavamanos apoyado en los codos con la cabeza agachada.
-¿Estás bien cariño?- preguntó Alis preocupada mientras lo ayudaba a voltear tomándolo por los hombros.
cuando volteó Phil tenía la mirada perdida y grandes gotas de sudor bajaban por su frente y por su roja cara después de haberse afeitado, no lograba ni mantener la cabeza firme era incluso como un títere.
-Phil, reacciona- le dijo alterada mientras lo sacudía.
-¿Qué pasó?- preguntó Phil-con la mirada un poco perdida aún.
-Eso mismo te pregunto yo a ti-respondió Alis- ¿Qué te pasó?
-No lo sé, sólo recuerdo que me estaba afeitando y de un momento a otro te vi aquí en el baño con migo y agitándome, estoy un poco mareado ayúdame a levantarme.
Cuando la jóven lo ayudó a levantarse vió que el espejo del lavamanos reflejaba totalmente su cara y no tenía ni rastros de haber estado empañado.
-Muy bien, ya me puedo sostener sólo-dijo Phil.
-¿Estás seguro de eso cariño?- le preguntó Alis a manera de respuesta a Phil.
-Que me dejes te digo-le gritó Phil mientras bruscamente apartaba las blancas y delicadas manos de Alis de su cuerpo.
-¿Qué está pasando con tigo?- le preguntó Alis molesta- sólo te estoy ayudando.
-Ya te había dicho que me dejaras- le contestó en el mismo tono Phil.
-Pues vete al diablo, ya no te ayudo más-dijo Alis mientras daba la vuelta y salía del baño molesta.
Philip salió caminando lentamente con una puntada en su cabeza que lo atravesaba como una espada desde la frente hasta la nuca, nunca había sentido algo así, sólo se asemejaba a los inconvenientes tenidos con aquella extraña figura en sus sueños.
Se dirigió hasta su cuarto lentamente con la toalla presionada en su zona lateral dónde tenía minúsculamente marcada su pequeño oblicuo.
Al estar allí se dirigió hacia su armario y sacó una gran bolsa negra y la tiró encima de la cama y en su zapatera buscó una vieja caja marrón desgastada y también la tiró encima de su cama.
-Vamos a ver si aún me queda- se dijo para sus adentros mientras se ponía unos bóxer negros y se acercaba a su gaveta para sacar unas medias del mismo color.
se sentó en el borde de su cama y tomó el pote de mexana azul que estaba en su mesa de noche y lo regó encima de sus pies; acto seguido se puso las medias, las cuales le llegaron hasta la mitad de sus gemelos. se levantó y también levantó la bolsa negra que tenía colgada en el armario y subió un cierre mágico que tenía en la punta inferior y con una incandescentemente luz oscura a un traje de gala negro se le asomó una manga y al terminar de abrir el cierre salió éste totalmente y lo puso encima de la cama.
-Que gratos recuerdos me trae éste traje, extraño un poco a mis compañeros del colegio.
le soltó los botones al saco y al dejarlo caer encima de la cama cayó también con el una larga y delgada corbata negra la cual tomó y puso a un lado junto con el saco. Sacó el pantalón del gancho aun con su particular línea lateral que hace un corte perfectamente recto, regularmente visto en pantalones para este tipo de ropa.
-Tiene un poco de polvo pero con unas cuantas sacudidas bastará-
Dijo mientras golpeaba el pantalón y le levantaba el polvo.
-Muy bien, ya está listo.
dejo caer el pantalón un poco al piso y metió primero su pierna izquierda y sin querer le soltó el doblado que tenía en la bota ya que el primer día
que lo usó le quedaban grande.
-Ohhh mierda! lo que me faltaba, ahora debo cocer la bota- Dijo mientras terminaba de meter el pie, pero para su sorpresa y agrado la bota suelta le quedó perfecta, le llegaba a sus talones.
-Retiro lo dicho querido universo, así está mejor- Dijo en tono jocoso-tengo curiosidad por ver cómo me queda éste pantalón sin la bota suelta.
metió su otro pie con gran cuidado y subió su pantalón hasta su cintura y notó como su bota izquierda le llegaba al talón y la derecha estaba encima de su tobillo dejando ver una pequeña tobillera de colores que traía con sigo desde los 14 años.
-Muy bien, a romper la costura de la otra bota.
Con una pequeña hoja de cortar soltó poco a poco la bota del pantalón hasta que se desdobló totalmente y quedo a la misma medida que la otra.
abrochó su pantalón y subió el cierre que queda debajo del broche y tomó una franela blanca que tenía en el borde de la cama, tomó el desodorante en aerosol y lo aplico en sus axilas y posteriormente se puso la camisa que le quedaba un poco ajustada en sus brazos.
se dirigió al clósed a buscar una camisa manga larga azul que se pondría debajo del saco, lentamente la soltó y empezó a sentir como su autoestima subía cada vez que se iba poniendo más cosas; empezó por los botones de las mangas y terminó con los botones de enfrente de la camisa, al terminar el ultimo introdujo la misma dentro del pantalón y tomó una correa de cuero negro y se la puso para ajustar su pantalón y evitar que su camisa se saliera.
seguidamente tomó la corbata negra y estirando un poco el cuello para no lastimarse la herida que se había hecho se soltó el primer botón y se puso así la corbata obviamente mal visto para la forma en que estaba vestido, pero prefirió no lastimarse.
Se acercó a la cama y sacó unos zapatos negros de vestir elegante de punta y los puso en sus pies, aún tenían olor a nuevo, pues sólo se los había puesto una vez.
Tomó el saco y se lo puso y se abrochó sólo el botón de abajo recordando las explicaciones dadas por aquella chica que lo atendió cuando compró el traje.
Se miró al espejo y sintió que su ego y su autoestima estaba por los cielos, tomó la carpeta blanca dónde tenía varias copias de su hoja de vida y se dirigió hacia la cocina a despedirse de su esposa.
-Ya me iré-dijo Phil mientras pasaba derecho a la puerta de su casa.
-No te piensas despedir?-le contestó Alis.
Éste sintió gran remordimiento por la forma en que la trató después de que ella lo estaba ayudando y se devolvió a despedirse.
-Discúlpame por haberte tratado así ahorita mi amor-le dijo Phil al oído mientras la abrazaba.
-No te preocupes, sé muy bien que no lo volverás a hacer- le contestó mientras le daba un beso.
-Mírate muchacho, se te olvido vestirte?- le preguntó Alis a Philip.
-Es que me corté mientras me afeitaba y no quise lastimarme.
-Déjame ver cielo.
-Mira, aquí-dijo Philip mientras estiraba el cuello para mostrarle a su esposa.
-Deja de decir mentiras Phil, no tienes nada-le contestó Alis
-Estoy seguro que me corté, me toqué el cuello y vi la sangre.
-Estás loco muchacho-dijo Alis- déjame terminar de arreglarte, tan grande que estás y aún no te sabes vestir.
Con gran técnica le abotonó el cuello y le acomodó la corbata a su esposo.
-Muy bien, quedaste perfecto, muy guapo para que salgas a la calle, pero vas en busca de trabajo-dijo Alis en un tono celoso por como estaba vestido su esposo.
-Trataré de llegar temprano vida, aunque iré a muchos lugares tengo varias copias de mi hoja de vida, cuídate mientras vuelvo, te amo- le dijo Philip a Alis mientras la abrazaba y le daba un beso en la boca.
-Yo también te amo, trata de no llegar tan tarde.
-Trataré-dijo Philip mientras salía y cerraba la puerta.
En el momento en que Philip salió de la casa Alis sintió como si un peso que tuviera el aire fuese soltado teniendo una mayor facilidad para respirar y un aire distinto, un aire tranquilo y puro y no uno pesado.
-Que extraño, debe ser porque estaba cerrada la puerta todo el día, quizás le falta ventilación a la casa- Dijo Alis mientras se dirigía al cuarto para ducharse.
Afuera en la calle Philip aún no empezaba su camino, estaba confundido por lo que le había dicho su esposa de que no tenia ninguna herida, y recordó esos instantes agónicos y sintió alegría de que ya hubiesen pasado.
-Muy bien, aquí vamos, espero tener suerte.

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2017 ⏰

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