Guilty Pleasure Jihan

Oscula Sanguinem

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La venda que cubría sus ojos inhabilitaba su visión para saber en donde se encontraba, solo sabía que al despertar con un pequeño dolor de cabeza, se encontraba con las manos atadas por sobre su cabeza y de pie sobre lo que suponía una cama, sumándole que estaba completamente desnudo. Cuando intentó tantear el mullido lugar con los pies, el sonido de una puerta siendo abierta hizo que se le erizaran los vellos de la piel por el miedo, en especial cuando esta se cerró y escuchó unos paso en su dirección que hicieron que la respiración se le cortase.

Una profunda inhalación por parte de la otra persona y una exclamación de gusto hicieron jadear a Jeong Han, adivinando rápidamente dónde estaba y con quién.

Maldición, su padre se lo repitió miles de veces en que tuviera cuidado cuando saliera a exterminar a esas bestias chupa sangre, pero no le hizo caso y ahora estaba en la maldita casa matriz en donde ellos se venían a alimentar.

—No creo que sea necesario decirte por qué estás aquí, Jeong Han—La voz del individuo hizo que temblara. Joder, que si sabía con quien estaba y por qué, de verdad que para la otra saldría con más municiones y no se dejaría atrapar tan fácilmente.

Eso, si había otra vez, porque estaba seguro que Ji Soo le drenaría hasta la última maldita gota de sangre por intentar cazarlo tantos años y el haber matado a su esposa, pero ella, ella había matado a Min Ki, y Jeong Han a sus cortos 8 años vengó la muerte de su mellizo en frente de Ji Soo, pero este último no pudo hacer nada para vengarse.

Hasta hoy.

—Es bastante claro porque estoy aquí, Hong—Sin titubear al responder y con un tono neutro le respondió el del cabello largo y negro como la noche. Era demasiado obvio que de esta no saldría, claro que no lo haría, solo deseaba decirle por última vez un adiós decente a sus estrictos padres, pero las cosas no siempre son como uno desea.

Sintió nuevamente como Ji Soo inhalaba y exhalaba su aroma que rondaba por la habitación, sintiendo náuseas repentinas al saber cómo acabaría.

Se tensó completamente al sentir las frías manos del contrario sobre su cadera, mientras que la nariz de este recorría la línea que creaba su columna vertebral, para que luego la lengua del contrario comenzara a repasarla con lentitud, haciendo que el pelinegro tragara duro ante tal inapropiada acción por parte del vampiro.

—Hong, déjame ir maldita bestia—Exclamó entre dientes al sentir como las frías manos bajaban por su contorno hasta situarse en los muslos y acariciarlos lentamente, sintiendo la piel lechosa de Jeong Han bajo el tacto de sus palmas, guardando la exquisita sensación en sus recuerdos.

—Insúltame todo lo que quieras, pero tú y yo sabemos perfectamente que estás completamente a mi merced, de esta no te salvas Jeong Ha— 

—Entonces acaba conmigo de una maldita vez y da la cara maldición—Furioso, así estaba y las palabras salieron secas de sus labios. Estaba cansado de esta situación y sus brazos dolían, estaba seguro de que las malditas cuerdas que estaban alrededor de sus muñecas le dejarían marca.

Maldición, Jeong Han estaba furioso consigo mismo, sus padres estarían avergonzados hasta morir si lo encontrasen en aquella situación, su padre lo exiliaría y ya no sería la siguiente cabeza en la sucesión de los cazadores, sería tachado como la vergüenza de todas las generaciones Yoon al dejarse profanar por un chupa sangre, pero no tenía opción, sus manos estaban atadas y estaba completamente desnudo enfrente de Ji Soo.