Navidad Wigetta

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Veinticuatro de diciembre, había un inmenso frío en casi todos lados, y España no era la excepción. Guillermo regresaba de fuera, había pensado en salir a una fiesta o algo, pero el maldito frío lo detuvo en casa. Entró a casa hecho un hielo, con una gran chaqueta y unos guantes azules cubriendo sus manos. Llevaba dos bolsas blancas en una mano, y en la otra sostenía la llave que había usado ya.

- Vegetta... ya he llegado...

No recibió respuesta. Guillermo se acercó a su habitación, y como lo pensó, vaya, se había dormido temprano. Para Guille era algo, algo triste; Samuel era de esas personas a las que les gusta salir, disfrutar, hacer algo para esas fiestas, y es que él mismo Samuel estuvo muy emocionado, esperando por ese día.

- Que te has dormido tío...

Guillermo dio la vuelta y fue a su habitación. Se quitó los guantes y los dejó en su cama, así como la chaqueta y las bolsas. Se dirigió a su armario y sacó un suéter de lana azul, la verdad le gustaba como le quedaba, y era cómodo a decir verdad. Se sentó en la orilla de la cama y sacó de una de las bolsas una caja con galletas, y dejó la otra en un mueble junto a su cama. Abrió la caja con galletas, que la verdad no tenía idea de como sabrían, ya que solo las compró por lo monas que se veían en el estante del súper. Se quitó los zapatos, y se tumbó en la cama con una mano tras la cabeza, en la otra mano tenía una galleta con forma de un obsequio de color rojo, metió un poco en su boca, y lo saboreó.

- No está mal...

Hizo una pequeña mueca, no de desagrado, mas bien de aprobación. Se levantó de la cama. Al salir de la habitación se topó con Samuel, tenía su ropa nueva, la había comprado unas dos semanas antes de Navidad.

- Eh... ¿Vegetta? ¿No irías con tus padres? O...

- Bueno chaval, es peligroso conducir así ¿Quieres que me mate acaso?

Le dio a Guillermo una sonrisa, sabía que era una broma, al menos lo último si lo era.

- Claro que no tío- Rió de igual manera- Eh... mira- se dirigió a su habitación y llevó las bolsas que tenía hace un momento. Llegó casi de inmediato, pues solo había salido de su habitación.- ¿Quieres?... pensaba, en, no sé... sentarnos, comer de esto un rato, y tal vez ver una película... ¿Sabes? Hay muchas pelis en cualquier canal este día.- Rió nuevamente, haciendo que Samuel riera igual. Al parecer reían por todo, y es que estando juntos todo era mejor, divertido.

- Vale, gracias niño.

- No es nada. Mira, te he dejado las mas, "Monas".- carcajeó.

- Muchas gracias, Willy... ya ves como si me quieres... ¿No ibas hoy con Staxx?

- Tuvo un cambio de planes...

Los planes de Guillermo para esa noche no eran ver una película, comer galletas, y beber chocolate caliente. En realidad el tenía algo que decirle a Samuel, algo que lo pondría como un tomate. Había hablado con frank, con el que "saldría a cenar esa noche", o eso creía Samuel, ya que en verdad Guillermo había usado todas sus fuerzas para contarle a Frank lo que sentía por Samuel, ya que no sabía que hacer. Sabía que quería que fuese ese día, pero ¿Dónde?, ¿En que momento?, así recurrió a él. "No salgas, el ruido lo arruinará todo", así llegaron a la decisión de que fuese en casa "Donde reine el silencio" según Frank, pero Guillermo prefería mucho ruido, tal vez así no lo escuchaba y no hacía ni una tontería.

Vegetta estaba en un sofá frente al televisor tomando de a poco su chocolate, le había encantado, los marshmallows que le colocó dentro Guillermo lo hizo más suave y dulce, para él era delicioso.

La película, Guillermo casi no la disfrutó, era comedia, era una buena película, tenía de todo. Samuel reía, le gustaba escucharlo reír, es que su risa es contagiosa.

Wigetta; Especial Navidad 2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora