Meu Amor

Meu amor - prólogo

¿Cómo definir mi vida? Fácil. Era todo lo que el mundo esperaba de mí. Era todo lo que mi familia esperaba. Tenía la vida perfecta, el marido perfecto, los hijos perfectos, la casa perfecta y mucha, pero mucha suerte. Al menos eso se veía de afuera. ¿Cómo me sentía yo? Como si estuviese viviendo la vida que todos quisieran, menos la que yo quería. ¿Si soy feliz? Claro que lo soy, sólo que a veces a veces hubiese preferido que las cosas pasaran distinto.

Había conocido a Manuel en la universidad, compartíamos materias y grupo de estudio. Con el tiempo empezamos a compartir otras cosas, empezamos a salir, a pasar momentos juntos, empezamos a pasar la vida. En ese momento todo era absolutamente perfecto. Cine, flores, chocolate, regalos, domingos en familia, tardes al aire libre. Todo lo que una chica de 20 años podría querer. Eso cambió a los 21. Nos dejamos llevar por el amor (o pónganle el nombre que quieran: pasión, calentura, ignorancia, ya van a ver) y nació Helena. No puedo decir que mi vida empeoró, no. Los hijos no empeoran la vida, eso lo aprendí con el tiempo. Pero sinceramente, cuando vi como esa prueba de embarazo daba positivo, primero pensé en saltar del balcón de mi casa y después en preocuparme qué hacer con mi vida. Tenía 21 años, todavía vivía con mis padres, me faltaban 2 años para recibirme, tenía un novio en mi misma situación y ni siquiera estaba segura si lo nuestro iba a ser para toda la vida. Da igual, tuve que dar la noticia. Manuel casi muere, pero después empezó el discurso del hombre más feliz del mundo. Mis papás bueno, ellos nunca me dijeron que estaban desilusionados de mí, pero pude verlo en sus ojos. Es entendible. Era la hija perfecta, la estudiante perfecta, la mujer perfecta. La mujer perfectamente embarazada.

Después del nacimiento de Helena todo fue cuesta arriba. Más amor, más flores, más alegría de mis papás (la desilusión de sus ojos se había borrado el día que vieron a la bebé, nunca nadie había sido más feliz), más felicidad de Manuel. Más todo. Si más todo, menos yo. La vida me estaba pasando por arriba, parecía que había adelantado 10 años el tiempo y lo único que podía hacer yo era sonreír entre pañales, ropa de bebé y chupetes. Porque sí, sonreía. Sin importar nada de lo que pasara, de mis ojos también se había borrado el terror el día que nació Helena. Fue verla en mis brazos y darme cuenta que la vida no empieza hasta que deja de ser de uno y pasa a ser de nuestros hijos. Ella era mi motivo para sonreír. Mi motivo y el de Manuel, quien en medio de la felicidad que nos rodeaba pensó que era romántico pedirme matrimonio en el bautismo de nuestra hija. Romántico fue para todos los invitados, menos para mí. Sonreí entre lágrimas, sí. Lágrimas que en ese momento pensé que eran de felicidad pero que si hoy, 20 años después me pongo a pensar, eran de absoluto terror. Después de eso la historia es fácil. Casamiento, luna de miel, nacimiento de Joaquín, vacaciones en familia, aniversario de 10 años de casados, nacimiento de Corina y hoy. ¿Por qué importa hoy? Porque hoy es mi aniversario número 20, estoy en el aeropuerto y lo que menos quiero es irme de viaje para rememorar mi luna de miel.

- Pasajeros con destino a París, del vuelo JTF-435, de aerolíneas puro-sol, por favor abordar por la puerta 17 – la voz del parlante sonó tan fuerte que nadie en el lugar donde estábamos quedó sin aviso.

- Amor – Manuel me sonrió emocionado – ¡ese es nuestro vuelvo! – lo miré y sonreí. Él era perfecto, demasiado para mí. Tenía 20 años cuando le confesé que era mi sueño pasar mi aniversario en París, con mi marido. Y ahora, 20 años después, él lo estaba cumpliendo.

- Si – contesté mientras levantaba mi cartera – será mejor que subamos para no chocarnos con la gente.

Lo único que esperaba yo, era que ese viaje cambiara mi vida. No importa como, sólo quería cambiar.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola a todos!!

Cómo están? Espero que esta primera publicación les guste, se que las primeras partes de las historias suelen ser aburridas, pero prometo que la próxima vez tendrá más emoción.

Si alguien lee esto, me encantaría que deje algún comentario, o un punto si les gustó o no! Para saber quién está del otro lado.

Les dejo un pedacito de mi. Por favor no lo copien sin preguntar primero.

Un beso y abrazo gigante,

Corazones de papel ❤