Señálame el invierno,
la roja soledad, la tarde muerta
déjame orillado
al espejismo, de saberte
lejos, tan lejos,
estoy sediento de la noche:
siembro tu nombre en mis ideas, yo te llamo,
patria, mujer, te encuentro
en mi latido
y las horas se fugan
como la escritura en la arena