🎄 Regalo de Navidad. 🎄

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(N/A: Agradecimientos especiales a Iyod por tenerme paciencia en esta genial colaboración. ¡Gracias, bro!
Ahora bien, no nos hacemos responsables de absolutamente nada de lo que se encuentra en este fic. Última advertencia: leer bajo su precaución personal.)

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❝Las cuencas vacías se hallaban cristalinas, al punto del llanto. Sus quejidos se perdían en la mano del contrario, y la humillación crecía palpitante en su pecho.

No pudo hacer más que pensarlo, ¿y cómo mierda era que llegó a ese momento?❞

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Era víspera de Navidad, y como le era costumbre al grupo de chicos que vivía allí, nadie había hecho las compras a tiempo. Faltaban algunos regalos, adornos nuevos, incluso los ingredientes principales para la cena, y lo más importante para hacer la noche de Navidad decente: voluntad. Faltaba mucha voluntad. El mayor de los cuatro, enfurecido, tomó todo el dinero que tenían a mano en la casa, y se llevó tironeando de la oreja al chico que tuviera más cerca; el "afortunado" del año esta vez fue Matt.

Y así dejaron al dúo desastre solo.

Esa fue una gran oportunidad para Tom, quien tenía sus propios planes para la noche. El sol aún no había caído, pero el clima frío y la nubosidad del ambiente sería suficiente para que los vecinos se enfocaran en sus propios asuntos. Era el día donde el de cuencas vacías se vengaría del hombre rojo, el malnacido de Santa Claus. Debía apurarse a preparar el "regalito" si es que no quería ser interrumpido por Edd.

Sin embargo, había un pequeño detalle que abordar: no poseía armas de largo alcance. Era más, las mismas estaban ilegales.

Amargado y frustrado, se tiró en el sillón a pensar. ¿Qué clase de distribuidor conseguiría en vísperas de Navidad? Estaba claro que hasta aquellos hijos de puta tenían vidas propias, además que él mismo no tenía tiempo.

Fue entonces que lo recordó, vivía con un loco de mierda.

— ¡Commie bastardo, trae tu asqueroso culo aquí! —oh, no. Debía ser mínimamente amable con él—. ¿Por favor?

No supo cómo, ni por qué, pero aquel chico había accedido a prestarle algunas cosas, incluso estando molesto por haberle interrumpido en sus pajas festivas. Refunfuñando, y entre insultos de los dos, llegó a sacar de su cuarto una Bazooka y algunas trampas de oso. ¿Para qué querría eso? No importaba, mientras Tord no se metiera en sus asuntos, él tampoco lo haría. Tuvo que morderse la lengua por aquel mutuo acuerdo no verbal, por más que en el fondo esperaba a que el noruego preguntara para "devolverle el tiro". No lo hizo.

Por más que no se soportaran de nada, el de característica sudadera azul necesitaba más que sólo las armas. El siguiente paso importante era acomodarlas sobre el techo. A regañadientes, aquel chico aceptó ayudar solamente porque no quería que se dañara su armamento más cuidado, o el flojo de Tom quedara atrapado entre las fauces metálicas de alguna trampa, pues eso le costaría ser echado de la casa por Edd cuanto menos.

No contó con que, mientras comenzaba a acomodar los objetos que subió uno en uno, el muy cabrón dejara de sostener las escaleras. Era más, la había derribado, y se había borrado del patio. Para el noruego, aquella era una falta grave a su pacto no verbal de paz, al menos hasta que bajara del techo.

🎄 Regalo de Navidad 🎄#PEW2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora