Chat del terror 2/2

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Evidentemente, la respuesta debía ser sí.


YO - Acabo de empezarlo.


Lo escribí sin dejar notar nada sobre mi –todavía- sorpresa.


ELLA - Yo no lo he leído.

YO - Ya te diré qué me parece.


En el chat general el tema de conversación giraba en torno a las
lanchas motoras. No me pareció más interesante que mi conversación en
privado y me puse a pensar qué podía preguntarle para descubrirla o
rendirme a sus pies definitivamente. Pero habló ella.


ELLA - Alguien va a llamar a la puerta.

YO - Ah, pues ve, te espero.


ELLA - No. Es en tu casa.


Sonreí incrédula. Iba a poner una risa (jajajaja) cuando sonó el
timbre. Miré hacia la puerta de la habitación. Mis ojos volvieron a la
frase premonitoria de mi amiga.


YO - Ahora vengo.

ELLA - Ok.


Llegué hasta la puerta y miré por la mirilla. Un vendedor de alfombras.

- No me interesa. –Dije para no tener que abrir.

El chico dijo algo que sonó despectivo y se marchó a otro piso.

Volví al chat.


YO - ¿Cómo lo sabías? Era un vendedor de alfombras.

ELLA - Te he dicho que puedo verte.


Sopesé la posibilidad de que tuviera razón pero mi sensatez lo negaba
una y otra vez. No había nacido yo para creérmelo todo, y menos aún
aquello que escapaba a la lógica. Mi amiga no sólo estaba en su casa,
sino que estaba en otro país y teníamos distinta franja horaria.


ELLA - ¿Sabes? Algo me dice que debo seguir mirándote. No te asustes pero...

YO - pero???????


ELLA - Es que no sabría explicártelo. Generalmente tengo visiones
premonitorias, otras veces, como hoy, puedo provocar el verte. Aparecen
imágenes frente a mí y te veo, veo tu habitación, pero esto supone un
gran esfuerzo. Me duele la cabeza.


YO - Ya, pero... ¿y el "pero" que decías?


ELLA - Es que no quiero asustarte pero presiento algo raro.


YO - Ahora sí que me estás asustando.


¡Pero qué poca firmeza tenía, por Dios! ¡Ahora estaba asustándome de verdad! Yo, la

incrédula, la que si no ve, no cree. Me sentía agitada. Quizás se debía a que eran

pasadas las diez de la noche ya, estaba sola en casa y la última persona que había

visto había sido un desconocido poco amable desde una mirilla. Al menos aún podía

escuchar el volumen alto de un televisor. Era mi vecina, una viejecita que estaba

algo sorda.


YO - No sé pero... quizás deberíamos cambiar de tema.

YO - No es que me hayas convencido pero...


ELLA - :) No te preocupes, te entiendo. ¿Tengo tu permiso para seguir observando?


YO - Claro, pero que conste que no tengo tan claro que puedes verme. Mi sesera me

impide creerte. :)


Miré de nuevo el chat para ver si surgía algún tema en el que pudiera involucrarme

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⏰ Última actualización: Dec 18, 2016 ⏰

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