Riesgos de ser un demonio.

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Le agradaba la idea de tenerle cerca y a su disposición. Le observó desde la silla que había colocado junto al lado derecho de la cama con esa intención. Noel se removió aún dormido, por algún impulso de un sueño, pensó Jenna. Sabía que estaba atrasando el momento más de lo normal y eso le inquietaba, pero no quería despertarle.

Había visto a Noel en aquella tienda por primera vez hacía dos semanas y desde ese momento, ella supo que sería el siguiente. Era alto, bien formado, y sus ojos oscuros transmitían una bondad y lealtad que a Jenna le parecían insoportables, por eso le gustaba. Estuvo observando durante la siguiente semana los movimientos de él porque quería estar segura de que no se estaba equivocando.

Era noble hasta la náusea. Ayudaba a todo el mundo y siempre tenía buenas palabras y una sonrisa para cualquiera. No se había molestado o disgustado con nadie. Parecía un ángel, y quizás lo fuera, pensó Jenna. Eso le añadiría emoción, porque los humanos empezaban a aburrirle.

La siguiente semana se dedicó a jugar a conquistarle, y se lo pasó tan bien. A pesar de lo fácil que parecía, era un chico complicado. Parecía respetar a las mujeres como el que más, y eso lo hacía más divertido. A Jenna le gustaba interpretar a una chica desvalida e inocente, a la que había que proteger y cuidar. Eso les gustaba a los humanos, ella lo sabía.

Consiguió llevarle a la casa que usaba ahora, con la excusa de que le daba miedo quedarse sola porque se acababa de mudar. Él, indudablemente, no se negó a ayudar a alguien que lo necesitaba. Eso hacía que Jenna estuviera extasiada de júbilo, se sentía tan poderosa. Noel había sido como un pequeño ratón que es incapaz de resistirse al queso, y no se da cuenta de que está situado sobre una trampa y que el gato le está observando desde una esquina, esperando su oportunidad.

Jenna coleccionaba almas puras. Era una diablesa de Rango Inferior y el trabajo de éstas consistía en atrapar estas almas para dárselas a una diablesa de rango mayor, para que las convirtiera. Las almas de los ángeles eran muy codiciadas entre las diablesas de Rango Medio, sobretodo porque ya casi no existían. Recibiría una gran compensación por el alma de Noel, estaba segura. Quizá la subieran al Rango Medio y podría manipular esas almas. Eso es lo que Jenna quería.

Noel se despertó. Ella le miró sonriendo, haciendo un ruido que parecía más bien el rugido de un felino. Él se incorporó y le dedicó una sonrisa amplia y llena de simpatía. Por fin había despertado y ahora sería su oportunidad. Bastaba con morderle en cualquier parte, y su alma se iría, marcada por ella para siempre. Se pasó la lengua por ambos labios y se levantó de la silla, acercándose lentamente a Noel. Le rodeó el cuello con ambas manos y le dedicó una sonrisa burlona. A ella le gustaba morderles en el labio inferior. Acercó su rostro al de él, y antes de que pudiera darse cuenta, Noel le había mordido.

Una menos para la competencia, pensó él, sacudiéndose el cuerpo de Jenna de encima.

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⏰ Última actualización: Jan 06, 2014 ⏰

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