[Eighteen] Daisuga one-shot

Capítulo único

Suga se encontraba jugando a un MMORPG, tumbado en su cama, con una bolsa de cereales encima de las piernas. Estaba conectado con su mejor amigo, Daichi. Las clases habían acabado por las vacaciones de navidad, y llevaban una semana sin verse. Y Suga la echaba de menos. Añoraba su voz (no la voz mecanizada que oía a través de Skype), su rostro, la calidez de su cuerpo. Todas las navidades ocurría lo mismo, y a pesar de tener todo el tiempo libre del mundo, nunca quedaban. Pero lo peor es que el 31 de Diciembre era el cumpleños de Daichi, y sus felicitaciones se limitaban a mensajes de texto o llamadas telefónicas. No habían sido pocas las veces que había pensado en montarle una fiesta sorpresa, pero la importancia de la fecha se lo impedía. Era 30 de Diciembre, mañana su mejor amigo cumplía dieciocho años y tampoco iba a pasar nada especial, como año tras año.

-Oye, Daichi -dijo Suga a través del micrófono barato que venía en los cascos-. Supongo que mañana tendrás planes con tu familia, ¿no?

-Sí. Vamos a celebrar la noche vieja en las afueras. Vamos a ir a visitar a mi familia paterna.

-¿Eh? ¿En serio? ¿A qué hora salís? -intentó sonar neutral, pero en realidad estaba alarmado.

-Creo que salimos a las tres del medio día -respondió Daichi, bostezando seguidamente-. Como hay que ayudar a preparar cosas mis padres quieren salir pronto. ¿Por qué lo preguntas?

-Oh, yo... -el peliblanco se rascó la nuca, un poco ansioso-. Te he comprado un pequeño regalo. Y me gustaría dártelo el día de tu cumpleaños. ¿Si puede ser?

No como todos los años, que prácticamente esperaban al comienzo de las clases.

-¿De verdad? -Daichi no pudo evitar sonreír, y agradeció que Suga no estuviese delante-. Podemos vernos por la mañana, pero no podría ser mucho tiempo. Tengo que hacer el equipaje y esas cosas.

¡No! ¿Por qué siempre tenía que ser así? Su mejor amigo cumplía dieciocho, se hacía mayor de edad por fin*. No había podido montarle la fiesta que le habría gustado, pero había dedicado muchas horas en el regalo. Y quería pasar tiempo con Daichi. Quería por una vez, que su cumpleaños lo pasasen juntos, viviendo algo memorable. Hacerse fotos, y dentro de unos años mirarlas y decir "ese 31 de Diciembre fue el mejor cumpleaños de mi vida". Desde que se conocían, nunca había sido así. No quería una felicitación fría y rápida, y que el momento se centrase en el significado material del regalo, y ya está. Quería hacer algo que demostrase a Daichi el gran valor que tenía para él, lo mucho que había significado conocerle y haber compartido con él los últimos años. Y es que hacía un tiempo que con Daichi ya no servía la excusa del "mejor amigo". No podía seguir pretendiendo que lo que sentía por él era solo amistad.

-¿Suga? ¿Sigues ahí? -la grave voz de su amigo le sacó de sus pensamientos-. ¿A lo mejor se ha cortado la conexión?

-Sigo aquí.

-¡Ah! -A Daichi se le escapó una pequeña risa y el peliblanco notó un ardor en el pecho-. Vaya, como estabas tan callado pensaba que se había cortado la llamada. ¿Pasa algo?

-Veámonos a las 12 entonces -contestó directamente.

-¿Eh?

-Me gustaría que al menos este año pudiésemos pasar un poco más de tiempo juntos el día de tu cumpleaños -Daichi notó como la sangre le subía a las mejillas y se escondió la cara en sus manos, aún sabiendo que no le podía ver-. Ya sabes... El día de mi cumpleaños hacemos planes chulos ¿no? Pero como el tuyo cae en noche vieja siempre estamos ocupados y... bueno... ¿Podemos quedar a las 12, entonces?

-Cla-claro. No creo que haya pringún noblema.

Suga se empezó a reír y Daichi se puso más rojo todavía.