Capitulo 12 "Lo siento, ya no quiero mas secretos."

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Después de una semana pesada ir a trabajar un día jueves no es lo mejor del mundo, a duras penas tome una taza de café con una tostada, no tengo estomago diría yo tal vez fue por como esta mi estado de animo, es tan irritante convivir bajo el mismo techo que Niall, en un tiempo mas consigo un poco mas de dinero y me largo de esta casa no estoy feliz mas bien muy irritada y por concierne ando un poco corta de apetito. Camine al trabajo no me sentía muy bien, al llegar comenzamos a trabajar los clientes habituales, el mismo olor de siempre a comida que me estaba hartando al parecer mi cuerpo lo estaba llegando a odiar, toda la semana estuve botando alimento comido, o de nuevo mi hígado esta mal no me extrañaría para nada ya que últimamente estuve renegando mas de lo común.

-¡Lia la orden tres!- grito Greg desde la cocina.

-Ya, voy lo siento –dije soltándome de mis pensamientos.

Fui a recoger la orden entre a la cocina y ese olor se impregno a mi cabello y ropa, apreté mis labios con el aspecto de una línea tome el plato, pero sin antes escuchar las palabras de Greg.

-Lia no te veo bien en serio, no lo se estas lenta… -dijo respirando.

-¿Sabes que?, estoy realmente bien y va si estoy o no estoy lenta es muy problema –dije un poco sulfurada por su comentario.

-Oh… Lia lo siento no quise sonar grosero en serio.-dijo apenado

-No, ya dejalo así Greg –dije soltando aire.

Ya estaba demasiado cansada tenia un patán en casa y no quería lidiar con uno más en el trabajo que no estaba realmente bien así que hoy nadie tenia el placer o la dicha de mi buen humor. El olor del tocino me estaba haciendo dar retortijones el estomago así que fui rápidamente a dejar el pedido.

-¡camarera!, ¡camarera!-gritaba una mujer con hijo en brazos desde la mesa contigua.

Camine rápidamente directo a esa mesa era mujer robusta con un hijo en brazo y dos mas a los costados junto a su esposo, por su aspecto facial diría que no es muy amigable que digamos.

-a la hora que te dignas a venir, estoy gritando como loca hace una hora. –dijo muy enfurecida meciendo al niño en sus manos.

Típico hace una hora dicen los clientes exagerados y yo digo dos minutos en cuanto se dio cuenta de nuestra existencia por que necesitaba de dar de tragar a sus niños.

-¡mamá, mamá!- gritaba la niña con la camiseta manchada con chocolate.

-¡Mamá, mamá!-gritaba el niño que seguía moviendo el brazo de su madre para captar su atención.

Corrijo, no son niños si no animales. Oh Dios me compadezco de las mujeres que a la hora debida o indebida tienen un hijo, por que no hay un manual de advertencia para no crear a tu hijo como todo un animal, y ponerle una corrección y amarrarlo a la silla. Llegamos a la conclusión “Lia no es apta para ser madre”, aplausos del publico todos aclaman al ganador “Lia”, ganadora en filosofar sobre su propia vida.

-¡Hey! Muchachita –dijo la mujer.

Diablos pensé que todo era real, bueno para creerlo.

-¿si?-dije sin mucho interés.

-que si podrías pasarme el juguete que se encuentra a tus pies –dijo enfurecida la mujer.

Mire a mis pies, un oso de peluche sin un ojo, me agache para levantarlo.

-Dios que juventud mas cansona la vuestra.

Rodé los ojos en blanco, realmente en vez de armar un batallón podía habérselo pedido a su marido, o Dios no quiera que haga mucho ejercicio.

Secreto de Hermanos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora