Comenzare diciendo que mi nombre es Jessica Sanders, pero mis conocidos suelen llamarme Jess, tengo 16, y quiero relatarles mi historia...
De niña creo tuve una buena infancia, a pesar de todo lo extraño que me sucedía; cosas como sombras extrañas, sentir la presencia de alguien sentado a mi lado mientras intentaba dormir, personas sin cabeza en mi recámara, al igual que mujeres sin pies, cosas así, sinceramente nunca supe si eran cosas que en verdad sucedían o simplemente pesadillas que perturbaban mi descanso, pero a parte de eso mi vida fue "diferente" nunca tuve una mamá que me dijera que me quería mientras me daba el beso de buenas noches, casi siempre estuve con mi padre, lo cual quiere decir que me crié con una familia mayormente conformada por hombres,nunca jugué con una muñeca y tampoco tuve deseos de ser una gran bailarina, siempre jugué con los carritos de mi hermano mayor Flynn y quise llegar a ser una gran futbolista, nunca me gusto arreglarme como las demás niñas del salón, siempre iba con mi look un poco desinteresado, tampoco sentí atracción alguna por el "chico más lindo de la clase", todos me creían algo rara, por tal razón solo tuve una amiga (muy linda por cierto) Su nombre es Lauren Blade, siempre estuvo ahí para mi, fuimos grandes amigas solo hasta que cumplimos los doce, ya que ella tuvo que mudarse de Crusoe, desde aquel entonces las presencias empezaron a ser más fuertes, sueños cada vez más extraños y ahora esas extrañas presencias me rosaban el cabello, me hacían presión en el pecho y hasta me quitaban la posibilidad de hablar para no poder gritar:
- ¡AUXILIÓ! - grité, pero fue inútil, no salió nada de mi boca
- ¡no te dejare en paz esta vez!
Dijo una voz grave que intento asustarme, y si ese era su objetivo... Lo consiguió!
Y de repente la presión desapareció, de pronto todo volvía a ser tranquilo... Pero esa frase habrá quedado grabada en mi cabeza por siempre.